Cómo elegir la maceta adecuada para cada planta

Cómo elegir la maceta adecuada para cada planta

La elección de la maceta adecuada es un aspecto fundamental en el cuidado de las plantas. Una maceta inadecuada puede limitar el crecimiento, provocar enfermedades o incluso la muerte de nuestra querida vegetación.

En este artículo, exploraremos los factores clave a considerar al seleccionar la maceta perfecta para cada especie, desde el material hasta el tamaño y el drenaje.

¿Por qué es importante elegir la maceta correcta? La maceta no es solo un recipiente, sino un hogar para nuestra planta. Un tamaño y material adecuados proporcionarán un entorno óptimo para el desarrollo de las raíces, la absorción de nutrientes y la retención de humedad.

Una maceta demasiado pequeña puede restringir el crecimiento radicular, mientras que una demasiado grande puede retener demasiada agua, favoreciendo la aparición de hongos y pudriciones.

Factores a considerar al elegir una maceta

Material de la maceta. El material de la maceta influye en la temperatura del sustrato, la retención de humedad y la durabilidad. Los materiales más comunes son:

  • Cerámica: Son porosas y permiten una buena aireación del sustrato. Ideales para plantas que necesitan un buen drenaje.
  • Plástico: Ligeras y económicas, son una buena opción para principiantes. Sin embargo, pueden calentarse demasiado al sol.
  • Metal: Elegante y duradero, pero puede calentarse y enfriarse rápidamente, afectando las raíces.
  • Madera: Ecológicas y estéticas, pero requieren un tratamiento especial para evitar la pudrición.

Tamaño de la maceta. El tamaño de la maceta debe ser proporcional al tamaño de la planta y a su sistema radicular. Una regla general es elegir una maceta que sea unos centímetros más grande que el cepellón de la planta.

Considera también el crecimiento futuro de la planta y elige una maceta que le permita desarrollarse durante varios años sin necesidad de trasplante.

Drenaje. Un buen drenaje es esencial para evitar el encharcamiento y la pudrición de las raíces. Asegúrate de que la maceta tenga agujeros de drenaje en el fondo y coloca una capa de grava o trozos de maceta en el fondo para facilitar el drenaje.

Tipo de planta. Las diferentes especies de plantas tienen necesidades específicas en cuanto a macetas. Algunas plantas prefieren macetas profundas para desarrollar raíces largas, mientras que otras prefieren macetas anchas para un sistema radicular más superficial.

  • Plantas suculentas y cactus: Prefieren macetas de barro con buen drenaje para evitar el exceso de humedad.
  • Plantas tropicales: Suelen necesitar macetas más grandes y profundas para sus raíces extensas.
  • Plantas de interior: Las opciones son más amplias, pero es importante elegir un material que no se caliente demasiado al sol.

Consejos adicionales para elegir la maceta adecuada

Considera la ubicación. Si vas a colocar la maceta en un lugar soleado, elige un material que no se caliente demasiado.

Observa las raíces. Si las raíces salen por los agujeros de drenaje, es hora de trasplantar a una maceta más grande.

No te excedas con el tamaño. Una maceta demasiado grande puede retener demasiada agua y dificultar el enraizamiento.

Combina estética y funcionalidad. La maceta debe ser atractiva, pero también debe cumplir con las necesidades de la planta.

Elegir la maceta adecuada es una inversión en la salud y el bienestar de tus plantas. Al considerar el material, el tamaño, el drenaje y las necesidades específicas de cada especie, podrás crear un entorno óptimo para que tus plantas prosperen.

Recuerda que cada planta es única, por lo que es importante investigar las necesidades de cada especie antes de tomar una decisión.

La Violeta africana: una joya para interiores

La Violeta africana: una joya para interiores

La Violeta africana, o Saintpaulia ionantha, es una planta de interior muy apreciada por sus delicadas flores y su follaje aterciopelado.

Originaria de las montañas de Usambara en Tanzania, esta pequeña maravilla ha conquistado los corazones de los amantes de las plantas de todo el mundo.

En este artículo, exploraremos a fondo las características de esta especie y los cuidados necesarios para mantenerla sana y floreciente.

Características de la Violeta africana

La violeta africana se caracteriza por sus flores, que son pequeñas y pueden ser de una amplia gama de colores, desde el clásico violeta hasta el blanco, rosa, rojo y azul. Su forma suele ser simple, con cinco pétalos, pero existen variedades con flores dobles o semidobles.

Las hojas son carnosas, redondeadas y cubiertas de una fina vellosidad que les confiere un aspecto aterciopelado. Su color varía desde el verde oscuro hasta el verde claro, y algunas variedades presentan manchas o bordes blancos.

Es una planta de tamaño compacto, ideal para macetas pequeñas y espacios reducidos. Su altura rara vez supera los 20 centímetros.

Con los cuidados adecuados, la violeta africana puede florecer durante todo el año, convirtiéndola en una compañera colorida para cualquier rincón de tu hogar.

Cuidados básicos

Para disfrutar de una Violeta africana sana y floreciente, es importante tener en cuenta los siguientes cuidados:

Luz: Las violetas africanas necesitan mucha luz, pero no soportan la luz solar directa, que puede quemar sus hojas. Lo ideal es colocarlas en un lugar luminoso, cerca de una ventana orientada al este o al oeste.

Temperatura: La temperatura ideal para estas plantas oscila entre los 18 y 27 ºC durante el día y entre los 15 y 21 ºC durante la noche. Evita las corrientes de aire frío y los cambios bruscos de temperatura.

Riego: El riego es uno de los aspectos más delicados del cultivo de la violeta africana. Es importante mantener el sustrato ligeramente húmedo, pero nunca encharcado. Lo mejor es regar por abajo, colocando la maceta en un plato con agua durante unos minutos y luego retirarla.

Humedad: A las violetas africanas les gusta un ambiente húmedo, pero no soportan el exceso de humedad en las hojas. Puedes aumentar la humedad ambiental colocando la maceta sobre un plato con guijarros húmedos o utilizando un humidificador.

Sustrato: Utiliza un sustrato específico para violetas africanas, que sea ligero y bien drenado. Puedes añadir un poco de perlita o vermiculita para mejorar el drenaje.

Abonado: Abona tu violeta africana con un fertilizante líquido para plantas de flor cada dos semanas durante la primavera y el verano. En otoño e invierno, reduce la frecuencia de abonado a una vez al mes.

Trasplante: Trasplanta tu violeta africana cada dos años, en primavera, a una maceta ligeramente más grande.

Problemas comunes y soluciones

  • Hojas amarillentas: Puede ser debido a un exceso de riego, falta de luz, bajas temperaturas o un ataque de plagas.
  • Puntas de hojas marrones: Indica aire seco o corrientes de aire.
  • Botones florales que se caen: Puede ser causado por cambios bruscos de temperatura, falta de luz o exceso de riego.
  • Plagas: Las violetas africanas pueden ser atacadas por cochinillas, pulgones y araña roja. Trata las plagas con un insecticida específico lo antes posible.

 

Consejos adicionales

Elimina las flores marchitas: Esto estimulará la aparición de nuevas flores.
No mojes las hojas al regar: El agua puede provocar manchas y pudrición.
Rota la maceta de vez en cuando: Esto garantizará un crecimiento uniforme de la planta.
Proporciona un buen drenaje: Un exceso de agua puede pudrir las raíces.
Observa tu planta: Presta atención a cualquier cambio en su aspecto y actúa en consecuencia.

La violeta africana es una planta que requiere cuidados especiales, pero con un poco de atención y cariño, te recompensará con una floración abundante y duradera.

¡Anímate a cultivar esta pequeña joya en tu hogar!

Cactus y plantas crasas: un mundo de resistencia y belleza

Cactus y plantas crasas: un mundo de resistencia y belleza

¿Quién no ha quedado fascinado alguna vez por la peculiar belleza de un cactus o una planta crasa? Estas especies vegetales, originarias de regiones áridas y semiáridas, han desarrollado adaptaciones asombrosas para sobrevivir en condiciones extremas.

Su capacidad para almacenar agua en sus tejidos les permite resistir largas sequías, convirtiéndolas en una elección popular entre los amantes de la jardinería.

Origen y características

Tanto los cactus como las plantas crasas pertenecen a la familia de las suculentas. Sin embargo, existen algunas diferencias clave entre ellos.

Los cactus se distinguen por la presencia de areolas, pequeñas protuberancias de las que brotan espinas, flores y nuevos tallos.

Además, solo los cactus poseen gloquidios, unas pequeñas espinas diminutas y muy irritantes.

Por otro lado, las plantas crasas, también conocidas como suculentas no cactáceas, almacenan agua principalmente en sus hojas, que suelen ser carnosas y de formas variadas. Algunas especies comunes de crasas incluyen los aloe vera, las sedum y las echeveria.

Adaptaciones al medio

Para sobrevivir en ambientes secos, los cactus y las crasas han desarrollado una serie de adaptaciones:

Raíces superficiales: Les permiten absorber rápidamente el agua de lluvia, antes de que se evapore.

Tallo carnoso: Actúa como un almacén de agua.

Espinas: Protegen a la planta de los animales herbívoros y reducen la superficie de evaporación.

Cutícula cerosa: Evita la pérdida de agua por transpiración.

Metabolismo CAM: Permite a la planta absorber dióxido de carbono durante la noche y realizar la fotosíntesis durante el día, reduciendo así la pérdida de agua por transpiración.

Cuidados básicos de los cactus y crasas

A pesar de su reputación de plantas resistentes, los cactus y las crasas requieren algunos cuidados específicos:

  • Luz: La mayoría de las especies necesitan mucha luz solar directa.
  • Riego: El riego debe ser moderado y espaciado, evitando encharcamientos. La frecuencia del riego dependerá de la especie, la temperatura y la humedad ambiental.
  • Sustrato: Un sustrato bien drenado es esencial para evitar la pudrición de las raíces. Una mezcla de tierra de jardín, arena y grava es ideal.
  • Temperatura: La mayoría de las suculentas prefieren temperaturas cálidas, pero algunas especies toleran el frío.
  • Macetas: Las macetas deben tener agujeros de drenaje para evitar el estancamiento del agua.

Curiosidades

Longevidad: Algunos cactus pueden vivir cientos de años.

Flores: Muchas especies de cactus y crasas producen flores espectaculares, a menudo de colores brillantes y formas exóticas.

Usos: Además de su valor ornamental, los cactus y las crasas tienen diversos usos, como la producción de alimentos, medicamentos y fibras.

Simbolismo: En algunas culturas, los cactus son símbolo de resistencia, fortaleza y supervivencia.

Los cactus y las plantas crasas son una fuente inagotable de fascinación para los amantes de la naturaleza. Su diversidad de formas, colores y tamaños, combinada con su facilidad de cultivo, los convierte en una opción ideal para decorar cualquier espacio.

Con los cuidados adecuados, estas plantas pueden convertirse en compañeros fieles durante muchos años.

Recupera tus plantas tras el verano

Recupera tus plantas tras el verano

El verano, con su sol intenso y altas temperaturas, puede dejar nuestro jardín un poco desgastado. Pero no te preocupes, con los cuidados adecuados, tu jardín volverá a lucir vibrante y saludable.

¡Sigue estos consejos y prepáralo para la próxima estación!

Lo primero es establecer un diagnóstico y obrar en consecuencia. Lo siguiente, practicar los cuidados adecuados durante el otoño. Así recuperarán su vigor.

 

Evaluación Inicial

Inspecciona tus plantas, observa si hay hojas amarillentas, marchitas o con plagas. Retira las partes dañadas para favorecer el crecimiento de nuevas hojas.

Asegúrate de que el sistema de riego esté funcionando correctamente y ajusta la frecuencia según las necesidades de cada planta.

Comprueba el suelo, ya que puede haberse compactado o haberse empobrecido de nutrientes. Afloja la tierra y añade compost para enriquecerla.

 

Plantas secas

Tierra seca, un hueco entre el sustrato y las paredes del tiesto, hojas marchitas y lacias, arrugadas o caídas… son síntomas inequívocos de que la planta ha sufrido sed. Si no se ha secado por completo, todavía puede haber solución. 

• Elimina las hojas marchitas y caídas y las flores secas.

• Sumerge el tiesto en un barreño con agua o en la bañera hasta que la tierra se empape y vuelva a hincharse; es decir, cuando dejen de salir burbujas.

• Retira el tiesto del agua, deja escurrir un rato, y remueve la superficie de la tierra para que las raíces se aireen, pero cuidando de no romperlas.

• Quita pacientemente con un trapo húmedo el polvo y la suciedad que se ha acumulado en las hojas. Si son muy finas, pulverízalas con agua.

• Recorta las puntas de las hojas secas. 

 

Ahogamiento por exceso de riego

¿La persona a la que le encomendaste tus plantas en tu ausencia ha utilizado la regadera con más frecuencia de la necesaria?

Si es así, encontrarás la tierra empapada y con verdín en la superficie, las hojas lacias o con manchas marrones por el ataque de hongos, nuevos brotes caídos, tallos blandos y frágiles, señales de podredumbre en las raíces…

Este problema tiene peor solución que el anterior, pero merece la pena intentar la cura.

  • Extrae la planta de la maceta con cuidado de no dañar las raíces.
  • Envuelve el cepellón con papel de cocina para que absorba el exceso de agua. Déjalo así hasta que se evapore el líquido.
  • Una vez seco el cepellón devuélvelo al tiesto con tierra nueva.
  • No lo riegues hasta pasados unos días.

 

Césped

Siembra: Si tienes zonas con césped dañado, siembra nuevas semillas.

Aireación: Realiza una aireación para mejorar la oxigenación del suelo.

Abonado: Aplica un fertilizante específico para césped.

 

Arbustos y árboles

Poda: Realiza una poda de formación para mantener su forma y tamaño.

Riego profundo: Riega profundamente para asegurar que las raíces se hidraten bien.

 

La mejor medicina, la prevención

Para mantener las plantas sanas, lo principal es el equilibrio entre el agua que reciben y la temperatura.

El exceso de agua propicia la aparición de enfermedades criptogámicas que producen manchas en las hojas y podredumbre en las raíces y tallos, especialmente en las plantas de interior, cactus y crasas. Al menor síntoma deberás tratar la planta con el producto fitosanitario adecuado (consulta en nuestro centro de jardinería).

También es bueno limpiar el polvo de las hojas una vez cada 15 días. Se usa un paño humedecido con agua para las de gran tamaño. Si tienen hojas vellosas —Begonia rex, Saintpaulia— basta con pasar un pincel o cepillito suave y limpio. 

Las flores no se deben mojar al regar ni pulverizar con agua.

Y el próximo verano…

Si ya has aprendido la lección y no quieres que tus plantas vuelvan a sufrir durante tus vacaciones, opta por un buen sistema de riego: maceteras con autorriego, conos porosos, dispensadores individualizados, geles, mantas de riego, etcétera. 

Tareas del jardín en septiembre

Tareas del jardín en septiembre

Ya ha comenzado septiembre y ya se va notando que el verano va llegando a su fin.

Los días se acortan, las noches son más frescas y seguramente habremos notado el efecto del verano, con temperaturas extremas, en nuestras plantas y jardín.

Es por eso que septiembre es un buen mes para prestar atención a nuestro jardín y prepararlo para la llegada del otoño.

Tareas generales del mes

Abonar. Extenuados por el verano, el jardín en general, los setos, el césped, las plantas de la terraza y el huerto necesitan recibir abono orgánico que les aporte nuevos nutrientes para afrontar la próxima estación.

Plantar. Pásate por tu centro de jardinería y escoge las flores de temporada que llenarán de color tus macetas y arriates. También es buen momento para plantar arbustos perennifolios —madroños, adelfas, laureles, olivos— y coníferas en contenedor, ya sea en solitario o en setos; excava los hoyos y deja que permanezcan abiertos unos 15 días antes de plantar. 

Preparar los parterres. Antes de llevar tus plantas de temporada a los arriates del jardín y los tiestos, o sembrar o plantar en el huerto, prepara la tierra limpiándola de malas hierbas y plantas ornamentales u hortalizas agotadas; desmenuza los terrones, remuévela y revuelve el sustrato con abono orgánico en un abonado de fondo.

Árboles, arbustos y trepadoras

Los rosales vuelven a florecer

Muchos rosales brindan una segunda floración desde septiembre al final del otoño. Riégalos de forma regular si no llueve y dales estiércol bien descompuesto, su abono orgánico favorito.

No te descuides con el oídio, la roya y los pulgones, y elimina las flores marchitas y los chupones.

Podar los setos

Los setos de coníferas y de otras perennifolias necesitan un recorte ahora, antes de que las temperaturas se vuelvan más frías. Haz lo mismo con los arbustos topiarios.

Si se trata de una especie bayífera, respeta al máximo los pequeños frutos. Aprovecha para eliminar las ramas más viejas y dañadas. Apórtales abono orgánico —mantillo, humus de lombriz, estiércol— y riégalos bien.

Plantar setos

Si quieres un seto, la segunda quincena de septiembre es buen momento para plantarlos. Abre los hoyos con 15 días de anticipación.

Dividir matas, hacer esquejes

Septiembre es también un mes muy adecuado para multiplicar las plantas por división de matas —por ejemplo de agapanto y áster— o por esquejes —lavanda, weigela, tallos jóvenes de abelia, laurel, agracejo (Berberis)—, con la ventaja de que serán idénticas a las que tienes.

Plantas de flor

Planta las flores de temporada

Empieza la época de los crisantemos, ajanias, pensamientos… entre muchas otras plantas de flor que llenarán de color tu jardín y las macetas de tu terraza en otoño e incluso invierno.

También puedes recurrir a algunas anuales de verano, como los coralillos, tagetes, agératos, aliso marítimo, que darán flores hasta que llegue el frío.

Plantas de interior

Terapia intensiva posvacaciones

Si a tu vuelta de vacaciones encuentras tus plantas de interior mustias o apagadas, poda las hojas secas o estropeadas y las flores muertas. Sumerge unos minutos la maceta en un cubo con agua hasta que dejen de salir burbujas.

Remueve la superficie del sustrato para que se aireen las raíces (ten cuidado de no dañarlas). Si la maceta es muy grande, escarda el sustrato y renuévalo en parte.

Renueva tu jardín de interior

Reemplaza las plantas irrecuperables con unas nuevas. Los Ficus benjamina y Ficus lyrata, por ejemplo, son fáciles de mantener: asegúrales mucha luz natural y riégalos a demanda: para ello comprueba la humedad de la tierra.

Vuelve a abonarlas

Ya puedes volver a aplicarles fertilizante líquido para plantas verdes disuelto en el agua de riego. No hace tanto calor, así que tendrás que regarlas más espaciadamente, pero siempre de acuerdo a las necesidades de cada planta.

Huerto

Tiempo de frutos maduros

En septiembre se cosechan uvas, higos, nueces, frutos del bosque…

También podrás recolectar las últimas peras y manzanas; con la ayuda de una tijera de podar cógelas del árbol unos 10 días antes de que maduren del todo.

Escoge solo la fruta sana y colócala en cajones de madera, que deberás dejar en un sitio oscuro y fresco.

En los bancales están esperando a ser cosechados puerros, apios, pimientos y los últimos pepinos, tomates y calabacines…

Elige días soleados y secos para la recolección: se conservarán mejor.

Un nuevo ciclo de cultivos

Los cultivos de verano dejarán sitio en los bancales a nuevas plantaciones.

Puedes puedes seguir sembrando escarola, puerro, rúcula, zanahoria, nabo, acelga, lechuga de invierno… o trasplantar planteles de col, lombarda y demás hortalizas de invierno.

Blanquea escarolas, apios, cardos y endivias

Para que estas verduras resulten menos amargas no dejes que se pongan verdes. Unos cinco a siete días antes de recogerlas apórcalas, es decir, amontona tierra alrededor de las pencas y cogollos para que no les llegue la luz del sol.

Otra forma de blanquearlas es taparlas con paja o con un tiesto invertido.

El césped

Recuperar el césped agostado

Si la hierba ha sufrido con el calor del verano y la falta de agua puedes intentar recuperarla segándola con el corte bajo para que el sol de septiembre llegue hasta las raíces.

Dale abono potásico este mes y en octubre para preparalo para afrontar el estrés del frío.

Seguramente aparecerán calvas, ya que no todas las gramíneas que forman el césped suelen volver a brotar por igual; la resiembra es la solución para repararlas. Utiliza semillas de la misma especie.

A partir de este mes deberás espaciar la siega a dos o tres veces al mes.

También deberás regar menos: unas dos veces por semana.

Aplica un tratamiento antimusgo.

Y recuerda que, todo lo que necesites para poner a punto tus plantas y jardín este mes de septiembre lo encontrarás en nuestro Centro de Jardinería. ¡Te esperamos!

 

Jardinería Sánchez, vive en tu jardín.

 

5 Plantas muy veraniegas

5 Plantas muy veraniegas

El verano es la estación ideal para disfrutar de nuestro jardín y darle un toque de color y vida.

Las flores son las protagonistas indiscutibles de esta época del año, y existen numerosas especies que pueden transformar cualquier espacio exterior en un oasis de belleza.

En este artículo, nos centraremos en cinco plantas muy veraniegas que destacan por su colorido, facilidad de cultivo y resistencia al calor: la surfinia, la verbena, la petunia, la gazania y la lantana.

Surfinia: Un clásico del verano

La surfinia es una planta trepadora o colgante muy popular en jardines, balcones y macetas. Sus flores, de gran tamaño y variados colores, crean cascadas de color que alegran cualquier rincón.

La surfinia es una planta muy resistente al sol y al calor, pero requiere un riego regular y abundante, especialmente en los días más calurosos.

  • Características: Flores grandes y abundantes en una amplia gama de colores. Crecimiento rápido y vigoroso.
  • Cuidados: Necesita mucha luz solar y un riego frecuente. Se recomienda utilizar un sustrato rico en nutrientes y añadir fertilizante regularmente.

Verbena: Elegancia y versatilidad

La verbena es una planta herbácea perenne muy apreciada por sus pequeñas flores agrupadas en espigas, que pueden ser de color blanco, rosa, rojo, azul o púrpura.

Es una planta muy versátil, ideal para borduras, macetas y jardines rocosos.

  • Características: Flores pequeñas y numerosas en una amplia variedad de colores. Aroma dulce y agradable.
  • Cuidados: Prefiere lugares soleados y suelos bien drenados. Tolera la sequía, pero agradece un riego regular en verano.

Petunia: La Reina de las macetas

La petunia es una planta anual muy popular por sus grandes flores en forma de trompeta, disponibles en una amplia gama de colores y combinaciones.

Es una planta perfecta para macetas, jardineras y jardineras colgantes.

  • Características: Flores grandes y vistosas en una gran variedad de colores. Crecimiento rápido y abundante.
  • Cuidados: Necesita mucha luz solar y un riego regular. Se recomienda eliminar las flores marchitas para favorecer la aparición de nuevas flores.

Gazania: La Flor del Sol

La gazania es una planta herbácea perenne muy resistente al calor y a la sequía. Sus flores se cierran por la noche y se abren con los primeros rayos de sol, lo que le ha valido el sobrenombre de «flor del sol».

  • Características: Flores grandes y vistosas en tonos cálidos como el amarillo, el naranja y el rojo. Hojas plateadas y peludas.
  • Cuidados: Prefiere lugares soleados y suelos bien drenados. Tolera la sequía y los suelos pobres.

Lantana: Colorido y atractivo para tu jardín

La lantana es un arbusto pequeño con flores pequeñas agrupadas en cabezuelas densas, que cambian de color a medida que maduran.

Es una planta muy atractiva para mariposas y otros insectos polinizadores.

  • Características: Flores pequeñas y numerosas en una amplia variedad de colores. Frutos pequeños y coloridos.
  • Cuidados: Necesita mucha luz solar y un riego regular. Tolera la poda y se puede cultivar en macetas o en el jardín.

 

Consejos Generales para el Cuidado de Plantas Veraniegas

  • Riego: El riego es fundamental para el buen desarrollo de las plantas en verano. Riega de forma regular, evitando encharcamientos.
  • Abonado: Aporta fertilizante regularmente para favorecer la floración y el crecimiento de las plantas.
  • Poda: Elimina las flores marchitas y las hojas secas para favorecer su crecimiento, la aparición de nuevas flores y mantener un aspecto saludable.

Con estas cinco plantas veraniegas, podrás crear un jardín lleno de color y vida. Anímate a experimentar y descubre cuál es tu favorita. O mejor aún, combínalas.