Las heladas son uno de los fenómenos meteorológicos más temidos por los amantes de la jardinería, ya que pueden dañar o incluso matar a las plantas que tanto cuidamos. Sin embargo, existen algunas medidas que podemos tomar para prevenir o minimizar los efectos del frío extremo en nuestro jardín.

En este artículo te contamos cuáles son y cómo aplicarlas.

Lo primero que debemos hacer es conocer el tipo de plantas que tenemos y su resistencia al frío. No todas las especies son igual de sensibles a las bajas temperaturas, y algunas pueden soportar mejor las heladas que otras.

Por ejemplo, las plantas perennes, como los arbustos, los árboles o las coníferas, suelen ser más resistentes que las anuales o las bulbosas, que son más delicadas. También hay que tener en cuenta el origen geográfico de las plantas, ya que algunas están adaptadas a climas más cálidos y otras a climas más fríos.

En general, podemos clasificar las plantas en cuatro categorías según su resistencia al frío:

– Plantas muy resistentes: son aquellas que pueden soportar temperaturas inferiores a -15ºC sin sufrir daños. Algunos ejemplos son el acebo, el abeto, el romero o la lavanda.
– Plantas resistentes: son aquellas que pueden soportar temperaturas entre -10ºC y -15ºC sin sufrir daños. Algunos ejemplos son el laurel, el boj, la hortensia o el narciso.
– Plantas poco resistentes: son aquellas que pueden soportar temperaturas entre 0ºC y -10ºC sin sufrir daños. Algunos ejemplos son el geranio, la margarita, el tulipán o la begonia.
– Plantas sensibles: son aquellas que no pueden soportar temperaturas inferiores a 0ºC sin sufrir daños. Algunos ejemplos son el jazmín, la orquídea, la gardenia o la buganvilla.

Medidas preventivas

Una vez que sabemos qué tipo de plantas tenemos, podemos tomar algunas medidas preventivas para protegerlas de las heladas. Estas medidas varían según el tipo de planta y el lugar donde se encuentren:

– Si tenemos plantas en macetas, lo mejor es trasladarlas a un lugar resguardado del frío, como un invernadero, un porche, un garaje o una habitación luminosa. Si no tenemos esa opción, podemos agruparlas cerca de una pared que les dé calor o cubrirlas con un plástico o una tela que les aísle del frío.
– Si tenemos plantas en el suelo, podemos cubrir el terreno con una capa de mantillo, paja, hojas secas o corteza de pino que les proteja las raíces del frío. También podemos cubrir las partes aéreas de las plantas con un plástico o una tela que les evite el contacto directo con el hielo o la nieve.
– Si tenemos plantas trepadoras o colgantes, podemos recogerlas y atarlas para evitar que se rompan por el peso del hielo o la nieve. También podemos cubrirlas con un plástico o una tela que les proteja del frío.
– Si tenemos plantas bulbosas, podemos extraer los bulbos del suelo y guardarlos en un lugar seco y oscuro hasta la primavera. Si no queremos hacer eso, podemos cubrir el suelo con una capa de mantillo, paja, hojas secas o corteza de pino que les proteja del frío.

Como recuperar las plantas afectadas por heladas

Además de estas medidas preventivas, también podemos tomar algunas medidas correctivas si vemos que nuestras plantas han sufrido daños por las heladas. Estas medidas son:

– No regar ni abonar las plantas hasta que se recuperen del estrés por el frío. El agua y los nutrientes pueden provocar más daños en los tejidos dañados por el hielo.
– No podar ni cortar las partes afectadas por las heladas hasta que se vea claramente qué partes están vivas y cuáles muertas. Podar demasiado pronto puede debilitar más a la planta y exponerla a nuevas heladas.
– Proteger las heridas de las plantas con un producto cicatrizante o fungicida que evite la entrada de hongos o bacterias que puedan causar infecciones.
– Aplicar un producto antitranspirante o antiheladas que reduzca la pérdida de agua por las hojas y aumente la resistencia al frío.

Siguiendo estos consejos, podremos proteger nuestras plantas y nuestro jardín de las heladas y disfrutar de su belleza durante todo el año.