Sakura: flor del cerezo japonés

Sakura: flor del cerezo japonés

Vive cerca de los cien años. Es muy resistente al frío invernal y bastante a la sequía. No requiere grandes cantidades de agua. Nos deleita con su floración a principios de la primavera y con sus apreciados y exquisitos frutos entre finales de primavera y finales del verano.

¿De qué hablamos? Del cerezo.

El cerezo es un árbol caducifolio que crece silvestre en Europa y en el oeste de Asia.

Su nombre científico es Prunus avium.

Crece hasta alcanzar los 30 metros de altura, y desarrolla una copa bastante ramificada, con forma más o menos redondeada y amplia.

Cuidados del cerezo

En lo que se refiere a las condiciones climáticas apropiadas para el cerezo, podemos decir que se trata de un árbol flexible, que se adapta a diferentes terrenos de las zonas de clima templado.
Es un árbol tolerante al frío que aguanta hasta los -20ºC pero las flores se pueden dañar a partir de los -2ºC.

Tierra o sustrato. El cerezo no es muy exigente respecto al sustrato, pero tiene preferencia por las tierras algo calizas. Eso sí, necesita que la tierra sea rica en materia orgánica, ya que no se desarrolla bien (y las cerezas tampoco) en suelos pobres.

Riego. No es muy demandante de agua. Es mejor regarlo con frecuencia pero sin excederse, aproximadamente entre 3 y 4 veces a la semana durante el verano, y 1 o 2 veces a la semana el resto del año. En caso de que en otoño y/o en invierno llueva con regularidad, no será necesario que reguemos tan seguido.

Abonado. El cerezo se recomienda abonar desde finales del invierno, para ayudarle a producir muchas flores y hojas, hasta comienzos del otoño con el fin de que sus frutos maduren sin problemas. Por ello, usaremos abonos a ser posible orgánicos, puesto que al ser las cerezas comestibles nos interesa poder consumirlas en cuanto estén maduras, sin tener que esperar.

¿Qué abonos usar? Por ejemplo, el guano aplicado a comienzos de la temporada le ayudará a reanudar su crecimiento al ser rico en nitrógeno; pero en cuanto sus flores empiecen a marchitarse y a producir frutos, será mejor aplicar un abono orgánico específico para frutales, que son ricos en potasio. El potasio es un nutriente esencial para la correcta maduración de los frutos.

 

Entre todas, hay dos características que destacan del cerezo: su floración (espectacular) y su fruto (delicioso).

Vamos a adentrarnos un poco en estas dos características del cerezo, especialmente en su floración.

La cereza: una fruta de temporada muy apreciada

La cereza era muy apreciada desde hace siglos por griegos y romanos, los cuales expandieron su cultivo por regiones muy diversas hasta llegar a España de manos de los romanos, alcanzando un rápido crecimiento durante la expansión árabe.

Podemos hablar de dos especies de cerezas: las dulces, de color oscuro (prunus avium) y las guindas o cerezas ácidas, de un color rojo brillante (prunus cerasus). De ambas especies de cerezas existen cientos de variedades.

La cereza destaca por su contenido en potasio, mineral que favorece la formación de orina, calcio, hierro y también por su contenido en fibra. Dato curioso: Las cerezas más oscuras son más ricas en hierro, magnesio y potasio que las variedades más claras.

Si hablamos de sus vitaminas, la cereza es rica en vitaminas A y C, y en minerales como potasio, calcio y hierro. Destaca asimismo por su riqueza en antocianos, unos pigmentos que, además de darle color, poseen un alto poder antioxidante.

Sakura: la flor del cerezo japonés

Si de belleza hablamos, lo que realmente destaca del cerezo es su floración. La variante japonesa bajo la que se celebra la llegada de la primavera es el Prunus serrulata, conocido como Sakura, uno de los símbolos más conocidos de la cultura japonesa.

A principios de primavera, con la floración del cerezo, se celebran en Japón recepciones solemnes, conocidas como Hanami. En estas se realizan excursiones en donde las personas se juntan para reflexionar sobre la naturaleza efímera de la vida y la mortalidad, debido a que la vida útil de las flores de cerezos es corta.

La cultura samurái de Japón también admiraba mucho a esta flor ya que se consideraba que los samuráis (al igual que las flores de los cerezos) tenían una vida corta y además porque se creía que la flor representaba las gotas de sangre derramadas en sus batallas.

En la actualidad, la flor representa inocencia, la sencillez, la belleza de la naturaleza y el renacimiento que trae la primavera.

 

¿Te gustaría plantar un ejemplar de cerezo en tu jardín? En Jardinería Sánchez encontrarás cerezos de diferentes variedades a tu disposición y todo lo necesario para su cuidado.

 

Planta del mes: el Kalanchoe

Planta del mes: el Kalanchoe

¿Te gustan las plantas crasas? ¿No tienes mucha experiencia o tiempo para el cuidado de plantas? ¿Buscas plantas de muy bajo mantenimiento? Si es así, sin duda alguna te recomendamos a los Kalanchoe.

Existen muchas especies de kalanchoes, todas ellas caracterizadas por su resistencia. La especie más conocida y popular es el Kalanchoe blossfediana.

El kalanchoe es una de las plantas crasas más cultivadas en los hogares debido a su rusticidad y simplicidad a la hora de cuidarla.

Principalmente, se utiliza como planta de interior gracias a su valor ornamental y a su sensibilidad al frío del exterior. Pero, si los inviernos de una zona son suaves o, si se protege del frío, podría cultivarse como planta de exterior sin problema.

Pequeñitos pero muy ornamentales, los kalanchoes (Kalanchoe blossfeldiana) ofrecen sus copiosos corimbos de flores rojas, rosadas, magentas, anaranjadas, amarillas, crema, blancas… entre verdes y brillantes hojas turgentes. Suficiente para poner color en cualquier rincón de la casa donde les llegue buena luz, pero sin sol directo.

Puedes usarlos en solitario, pero las colecciones resultan sumamente decorativas. Son plantas muy asequibles y, por tanto, puedes reponerlas con facilidad.

Floración del Kalanchoe

Los kalanchoes florecen a finales de invierno-principios de primavera pero, seguramente, habrás observado que en las floristerías y centros de jardinería siempre hay kalanchoes en flor.

¿A qué se debe? Los viveristas alteran las horas de luz del cultivo del kalanchoe emulando a la primavera e induciendo así su floración.

Las flores del Kalanchoe blossfediana son pequeñas pero muy decorativas y pueden durar varias semanas e, incluso, meses en las óptimas condiciones.

Forman racimos y cada una de ellas está compuesta por 4 pétalos que pueden ser de distintas tonalidades: rosa, rojo, amarillo, blanco y naranja. Esta amplia gama de colores la ha convertido en una planta de flor muy popular.

Cuidados del kalanchoe

Luz y temperatura

Como hemos comentado, el Kalanchoe puede permanecer tanto en interiores como en exteriores, siempre y cuando, el clima sea cálido ya que no resiste mucho el frío.

Puede tolerar como mínimo los 10ºC pero, por debajo de esa temperatura, sufre mucho. Las condiciones en la que se desarrolla a la perfección es 16-21ºC.

Si vives en una zona mediterránea seca y sin riesgos de heladas, puedes plantar el kalanchoe en el exterior, al abrigo del sol.

Requiere lugares luminosos, incluso, con sol directo. Si el sol incide directamente sobre un kalanchoe cultivado en vivero, obervarás que las hojas se oscurecen adquiriendo tonos cobrizos.

Si tu planta de Kalanchoe comienza a perder paulatinamente su floración, puede ser un indicativo de que no esté recibiendo suficiente luz. En este caso, prueba a cambiarlo a otra ubicación con una mayor luminosidad.

Riego

Al tratarse de una planta crasa con sus propias reservas de agua en las hojas, no requiere de tanto riego, aunque algo más que el resto de especies.

Antes de regar, comprueba que el sustrato esté parcialmente seco ya que un exceso podría desembocar en un pudrimiento y posterior muerte.

¿Qué hacer si tu kalanchoe sufre de pudrición? Sin duda, la mejor solución es una buena prevención, pero si te has excedido con los riegos o le ha caído una buena tromba de agua en el exterior, te aconsejamos que tengas en cuenta lo siguiente:

Antes de que el pudrimiento afecte a toda la planta, retira cualquier hoja o flor marchita para ayudar a que la planta reserve su energía para los brotes futuros. A continuación, corta el tallo por la parte superior desde donde comienza la pudrición y conseguirás esquejes sanos para conseguir nuevas plantas de Kalanchoe.

Si estás buscando una planta asequible, que requiere muy pocos cuidados y que sea altamente decorativa, el Kalanchoe es una excelente elección.

En Centro de Jardinería Sánchez encontrarás kalanchoes prácticamente durante todo el año.

¡Te esperamos!

 

Puesta a punto del césped antes de la primavera

Puesta a punto del césped antes de la primavera

Febrero y marzo son meses transitorios hacia la primavera que va a llegar. Debemos ir preparando poco a poco el jardín para la llegada del buen tiempo. También es momento de reparar los desperfectos que se hayan producido por las bajas temperaturas.

La falta de sol, las heladas, la nieve y el exceso de humedad son todo un reto para la salud de nuestro césped. Así que, si queremos disfrutar de un césped en perfectas condiciones en primavera y verano, ahora es el momento de llevar a cabo algunas tareas, sencillas, pero claves.

Primero, limpiar

Antes que cualquier otra tarea, primero se ha de limpiar el césped. Es habitual que durante el invierno, se hayan acumulado hojas y ramas sobre él.

Estas sustancias orgánicas en descomposición generan la aparición de hongos que actúan a sus anchas con las bajas temperaturas. De hecho, si notamos que el césped ya ha sido atacado por hongos, hay que aplicar de inmediato fungicidas específicos (en nuestro centro de jardinería estaremos encantados de asesorarte).

También es momento de eliminar el musgo que suele crearse durante el invierno. Para hacerlo correctamente, es imprescindible utilizar un producto específico.

Por otro lado también tenemos las malas hierbas. Erradicarlas es una tarea constante, especialmente al final del invierno. ¡Estas plantas son capaces hasta de crecer incluso con el frío! Por eso y antes de cualquier otra labor, hay que eliminarlas.

Nivelar el césped

No es necesaria una siega en profundidad, si no tan solo nivelar el césped para que comience a crecer de manera homogénea.

Eso sí, siempre con un corte alto, algo que permitirá regenerar el césped sin exponerlo a posibles heladas tardías.

Revisar el riego y drenaje

Es un buen momento para revisar el drenaje del jardín. El frío, las heladas y las lluvias suelen apelmazar la tierra y esto puede provocar problemas en el drenaje.

Si comprobamos que en algunas zonas el agua no drena correctamente podremos pasar un escarificador para facilitar esa salida de agua.

Recebado

Una de las tareas que hemos de realizar para el mantenimiento del césped es el recebado. Se trata de una técnica que consiste en aplicar de forma homogénea sobre el césped segado y/o escarificado una capa de un grosor de 1 a 1,5cm, pasar el rastrillo y regar.

Es aconsejable realizar un recebado del césped a finales de febrero o inicios del mes de marzo, preparando de este modo el césped para tolerar mejor las condiciones de estrés que pueden darse durante el verano. Deberíamos realizar otro en otoño para asegurarnos un buen estado del
césped.

Antes del recebado, debe realizarse una siega baja, un escarificado o una aireación del césped, a fin de que el recebo penetre adecuadamente, favoreciendo la aparición de raíces y brotes nuevos.

Debemos extender el sustrato e incorporarlo mediante ayuda de un rastrillo para lograr una distribución homogénea sobre el terreno.

Es recomendable que al cabo de unas semanas desde el recebado, complementar con un abono mineral.

Ahora es el momento ideal para preparar el césped de tu jardín para la inminente llegada de la primavera. No es una tarea dificil ni complicada, pero sí vital para que pueda lucir una hierba hermosa y sana.

Y recuerda, en Centro de Jardinería Sánchez, tenemos todo lo que tu césped necesita, incluido asesoramiento de profesionales.

¡Te esperamos!

 

Planta del mes: el Jacinto

Planta del mes: el Jacinto

El jacinto es una planta muy conocida y utilizada para la decoración de jardines e interiores.

Se pueden ver numerosas variedades de distintos colores (rojo, amarillo, blanco, rosa…) y algunas de ellas tienen flores que pueden llegar a medir entre 10 y 15 cm de largo.

El jacinto nos deleita con una flor exuberante que nos hará disfrutar con su fragancia y vistosos colores. Florece en racimo, en forma de una preciosa espiga formada por numerosas florecitas.

Ubicación

Si estás buscando un lugar adecuado para ubicar tus jacintos en el jardín, ten en cuenta que le gusta tener suficiente luz solar, pero sin estar expuesto a pleno sol durante horas y horas.

En el jardín esta planta tiene un sinfín de utilidades: puedes plantarla para crear borduras o también para formar parte de arriates muy coloridos.

Si lo vas a cultivar como planta de interior, entonces lo mejor es elegir una habitación luminosa para colocarlo.

En cuanto a la temperatura, si quieres que florezca mucho mejor no le prives de pasar una temporada en un entorno de bajas temperaturas.

Sustrato

Hay un rasgo del jacinto que comparte con muchísimas variedades de plantas: no soporta el encharcamiento del terreno en el que está plantado.

Por eso le gustan los suelos ligeros, porosos, muy bien drenados y que no se encharquen.

Es conveniente que los plantes en un terreno rico en nutrientes: el humus, por ejemplo, es una buenísima opción.

Riego

El jacinto necesita que lo riegues con frecuencia, pero aportándole poco agua. Es muy importante que no encharques el terreno o el sustrato de la maceta, ya que se trata de una planta sensible a los hongos y a la pudrición del bulbo.

Se ha de regar el jacinto mientras tenga hojas verdes y esté en floración. Una cosa que le gusta a esta planta es que la humedad ambiental sea del 70-80%, aunque no conviene pulverizar sus hojas.

Plagas y enfermedades

No es una planta especialmente sensible al ataque de las plagas, aunque puede verse afectada por gusanos. Estos atacan especialmente al bulbo y provocan unas manchas marrones pequeñas y redondas en las hojas.

También atacan al jacinto los nematodos de los bulbos (Ditylenchus dipsaci), que podrás detectar si tus plantas muestran partes parduscas e hinchadas. La solución pasa por eliminar las partes infectadas, o la planta entera si está invadida. Conviene evitar plantar nuevos bulbos en ese terreno durante un tiempo.

En cuanto a las enfermedades, la más habitual es la podredumbre de los bulbos (Sclerotinia bulborum): las hojas amarillean, los bulbos se pudren y la planta muere rápidamente. Para prevenir esta y otras enfermedades puedes espolvorear los bulbos de jacinto con un fungicida antes de plantarlos.

Cómo conservar los bulbos de jacinto

Un bulbo de jacinto no dura solamente una temporada, sino que se puede conservar durante dos o tres años. Más allá de este tiempo, comenzará a debilitarse y las flores serán cada vez más pobres. Pero puedes mantenerlos hasta tres años sin problema.

Para ello lo que debes hacer, una vez tus jacintos hayan terminado su periodo de floración, es cortar el tallo floral y esperar a que las hojas se marchiten para cortarlas a ras de tierra y desenterrar los bulbos. Límpialos y guárdalos en en un lugar fresco y seco con la punta hacia arriba. Podrás plantarlos el siguiente otoño.

Ven a nuestro centro de jardinería y encontrarás jacintos y todo lo que necesitas para su cuidado. ¡Te esperamos!

 

La poda de jardín en invierno

La poda de jardín en invierno

La poda de árboles y arbustos es una actividad vital para que crezcan con fuerza, se mantengan sanos y, en el caso de los frutales, sean más productivos.

Por otro lado tenemos que saber cuando y cómo realizar la poda de cada planta, ya que una poda efectuada de la forma inadecuada o en el momento erróneo, puede causarle graves daños e incluso causarle la muerte.

En este sentido cada árbol y planta tiene sus características y necesidades. En general, durante el invierno, con la menor incidencia de los rayos del sol y las bajas temperaturas, las plantas entran en un estado de ahorro de energía, en las que reducen su actividad metabólica al mínimo, a fin de gastar la menor cantidad de energía posible. Esto lo hacen para sobrevivir al invierno.

Esta característica hace que el invierno sea momento ideal para la poda de muchos árboles, arbustos y plantas. Hoy destacaremos dos que suelen estar presentes en la mayoría de jardines y que deben ser podados en invierno: los árboles frutales y los rosales.

Ventajas de podar en invierno

La poda en invierno debilita menos los árboles y arbustos, ya que en esta época de temperaturas frías, las plantas apenas presentan actividad. Así que podemos afirmar que los árboles y plantas podados en invierno, sufrirán mucho menos que los podados en primavera o verano.

También durante el invierno, la mayoría de árboles y plantas pierden sus hojas, por lo que podremos visualizar mucho mejor su estructura, facilitando así las labores de poda.

En invierno hay menos posibilidades de infecciones. La poda implica una herida en la planta o árbol. Es por eso que hay que realizarla con cuidado, tratando de hacerle sufrir lo menos posible. A través de dichas heridas, los árboles y plantas pueden contraer infecciones y, durante el invierno, muchos hongos causantes de dichas infecciones están inactivos.

Evitamos la pérdida de savia. La producción de savia es mucho mayor durante la primavera y el verano, por lo que la poda en invierno evitará la pérdida innecesaria de savia.

La poda de los árboles frutales

A la hora de podar los frutales, el objetivo es conseguir frutos de calidad, por lo que se trata de una poda necesaria para evitar que haya muchos frutos pequeños de poca calidad. Por otro lado, si podamos en exceso, la producción de fruta puede ser nula. Por ello, buscaremos el equilibrio entre crecimiento y fructificación.

La poda y guía de frutales se debe realizar desde el momento de la plantación, ya que formar frutales cuando ya son grandes es un gran esfuerzo y requiere tiempo y herramientas, mientras que un frutal joven se puede podar y guiar mucho más fácilmente.

Los frutales presentan básicamente dos tipos de poda:

Poda de formación: es la que se realiza en los frutales a edades tempranas, cortando ciertas ramas para guiar el crecimiento, teniendo en cuenta que se pueda cosechar sin mucho esfuerzo. Debemos fomentar una estructura abierta de ramas que se desarrollen a lo ancho y quitar todas las ramas verticales o chupones, cuya única función es la de quitar vigor al árbol y, por lo tanto, a los frutos.

Poda de fructificación: es la que se realiza en frutales en época productiva. En esta etapa eliminaremos las ramas que impidan la llegada de la luz solar y aire, a la vez que eliminamos los brotes improductivos que restan fuerza al árbol.

La poda de los rosales

La poda de los rosales estimula su crecimiento y refuerza su salud. Si la planta dispone del espacio libre debido, recibirá la luz y el aire suficientes para formar nuevos tallos. Además, la poda acelera la aparición de nuevas flores, flores aún más bellas.

Aunque existan técnicas de poda específicas para cada especie de rosales, el objetivo siempre es el mismo: obtener una estructura de copa ligera.

¿Qué precauciones deben tomarse para podar los rosales?

Por principio, los tallos de los rosales siempre se deben podar por encima de las yemas orientadas hacia afuera. Poda en dirección de cada yema y siempre deja unos 5 mm por encima de estas. En función del tiempo atmosférico, hay que dejar transcurrir entre 4 y 6 semanas para que broten nuevas flores de las yemas restantes.

Además, es necesario eliminar los chupones. Los chupones se reconocen por su color verde claro y por las abundantes espinas. Brotan de la base por debajo del punto de injerto. Elimina los chupones para evitar que el rosal se marchite, ya que los chupones compiten por los nutrientes esenciales. Separa los chupones y córtalos lo más cerca posible del punto de origen.

Cada tipo de rosal una técnica de poda

Poda de los rosales de flores agrupadas. Elimina primeramente los tallos muertos, enfermos y lánguidos. Seguidamente, corta los tallos restantes de 4 a 7 yemas. Los tallos robustos se pueden conservar un poco más largos. Los tallos más débiles se deben cortar más radicalmente para estimular el crecimiento. Corta todas las ramas de más de cuatro años directamente por la base. Así, conservarás tus rosales jóvenes y sanos.

Poda de los rosales de grandes flores. Los rosales de flores grandes se podan como los rosales de flores agrupadas. No obstante, es necesario podarlos un poco más, de 3 a 5 yemas aproximadamente.

Poda de los rosales arbustivos. Los rosales arbustivos tienen la particularidad de no necesitar una poda regular. Simplemente, elimina los tallos que se entrecrucen, así como los tallos muertos. Corta los tallos viejos directamente a ras del suelo. Para estimular una nueva floración, elimina los pedúnculos florales machitos de los rosales arbustivos remontantes o reflorecientes (que florecen varias veces al año). Esta poda no es necesaria en el caso de los rosales arbustivos no remontantes.

Poda de los rosales trepadores. En el caso de los rosales trepadores, también se puede distinguir entre rosales remontantes y no remontantes. En cuanto a los rosales trepadores no remontantes, elimina los tallos muertos, enfermos o que hayan sufrido daños por congelación y deja espacio suficiente para el crecimiento cuando los tallos sean demasiado compactos. Corta la base de los tallos de más de 5 años. Ten presente que la poda
debe ser moderada.

 

Planta del mes: el Kumquat

Planta del mes: el Kumquat

El kumquat (también conocido como «naranja enana» o «naranja de la china») es un árbol originario de China, pariente del naranjo y altamente ornamental, que ofrece un pequeño fruto anaranjado, oval o redondo, de piel fragante y sabor agridulce. Se trata de un árbol que, plantado en un jardín, puede alcanzar hasta los 4,5 metros de altura.

Sin embargo, es un árbol que se adapta perfectamente a la vida en maceta, en una terraza al aire libre o acristalada. Es de crecimiento lento, le encanta el sol y el calor, pero, a diferencia de otros cítricos, algunas especies de kumquat pueden soportar temperaturas de hasta -10 grados sin sufrir grandes daños.

Las especies de kumquat más habituales son la ‘Nagami’ (Fortunella margarita ‘Swing’), de frutos ovales, y la ‘Marumi’ (F. japonica ‘Swing’), de frutos redondeados y muy aromáticos.

Es conocido su uso culinario ya que el kumquat produce frutos comestibles que se pueden comer frescos. También se utilizan para elaborar mermeladas o como encurtidos. El kumquat es el fruto más pequeño de entre todos los cítricos y el único cuya cáscara es comestible.

Esta fruta es perfecta en rodajas, para acompañar ensaladas, batidos o cócteles, dándoles un punto de frescor.

El kumquat tiene un alto valor enérgetico. Además, esta fruta es conocida por su abundancia en vitamina C, ácido fólico y minerales como el potasio, el magnesio y el calcio. También es rico en carotenoides, que son las sustancias responsables de su color característico.

Los carotenoides también son conocidos por ser los responsables de las propiedades antioxidantes del kumquat y de su sabor. Por último, el kumquat también posee cantidades apreciables de fibra dietética.

El follaje del kumquat es perenne. Las hojas son lustrosas y de color verde oscuro. De marzo a junio se llena de minúsculos azahares muy perfumados y de color blanco.

En invierno, cuando el color de los frutos alcanza su plenitud —desde un amarillo dorado a un anaranjado rojizo, según la especie—, el kumquat exhibe su mayor belleza decorativa.

 

Cuidados del Kumquat

Hay que ubicar al kumquat en una zona donde le dé el sol directo, aunque se adapta bastante bien en zonas de semisombra (siempre que tenga más luz que sombra). Ha de estar resguardado del viento, y en un suelo ligero, drenado, fresco y neutro.

El kumquat necesita espacio, de modo que es ideal como ejemplar aislado. Si se podan las ramas inferiores, ganará un aire más esbelto. Se planta o trasplanta en primavera.

El riego tiene que ser frecuente, especialmente en los meses de verano. Hay que regarlo 3-4 veces por semana durante la temporada veraniega y cada 5-6 días el resto del año.

Desde primavera hasta verano se tiene que abonar con abonos orgánicos, como por ejemplo el guano. Si es fertilizante líquido, debes seguir las indicaciones especificadas en el envase, y si es en polvo, bastará con que eches un poco alrededor del tronco una vez al mes.

Con relación a la poda, realmente no la necesita. Simplemente se han de cortar aquellas ramas enfermas, débiles o secas hacia finales de invierno u otoño.

En Jardinería Sánchez disponemos de ejemplares de Kumquat prácticamente durante todo el año, así como todo lo necesario para su cuidado.

¡Te esperamos!