Cultiva y planta

Cultiva y planta

Sin duda, esta crisis ha tenido un beneficiario muy claro: el planeta.

La naturaleza, plantas y animales han experimentado un mundo diferente, con una bajada importantísima de emisiones de CO2. Queremos hacer un llamamiento a conservar y respetar la naturaleza, a contribuir en la medida de nuestras posibilidades a crear un mundo verde.

Podemos hacerlo, reciclando, recuperando y rehabilitando, y sobre todo plantando. El pulmón de la tierra son los árboles, las plantas, y nosotros podemos aportar nuestro granito de arena.

Cultiva y planta, porque eso es amar, y no sólo en el planeta.

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Cómo cuidar los frutales de hueso y pepita

Cómo cuidar los frutales de hueso y pepita

Si tienes la inmensa suerte de contar con tus propios frutales te preocupará saber cómo cuidar con mimo estos bellos y generosos árboles.

La fruticultura es considerada una de las ramas agrícolas más difíciles, por lo tanto no podemos decir que se trata del cultivo más sencillo.

Aquí te ofrecemos unos consejos generales para que sepas cómo plantar correctamente y mantener sanos y productivos los habitualmente llamados frutales de pepita (peral, manzano, membrillero) y de hueso (cerezo, ciruelo, melocotonero, albaricoquero), ambos grupos pertenecientes a la gran familia de las Rosáceas.

Empecemos por el principio. Si estás pensando en plantar un frutal, ten en cuenta estos primeros consejos:

Qué especies elegir: Antes de decantarte por un tipo de frutal conviene observar qué se cultiva en el entorno tradicional para elegir las especies y variedades que mejor se adaptan al suelo de la zona y, por supuesto, al clima.

Recuerda que para dar frutos estos árboles necesitan pasar una cierta cantidad de horas-frío al año.

Las condiciones del suelo: Es esencial que disponga de un sustrato adecuado para su correcto desarrollo, por ello las características y condiciones del suelo de la zona donde va a vivir y crecer es un aspecto básico.

Con algunas excepciones, los frutales de hueso y pepita suelen preferir los sustratos con un pH neutro (7) o ligeramente ácido (< 7); en un suelo alcalino, por lo tanto, pueden presentar problemas de clorosis férrica (más abajo te contamos más sobre este aspecto).

Asimismo, en el momento de la plantación es importante aportar un buen sustrato, rico en materia orgánica y que drene bien para evitar el encharcamiento.

Si el suelo disponible es muy pesado y tiende a encharcarse, aparte de aportar un sustrato más suelto en la plantación, tendrás que asegurar una forma de drenaje que facilite la eliminación del exceso de agua.

Cuidados de los frutales establecidos

El abonado: A la hora de fertilizar los frutales, recuerda que un exceso de abono (sobre todo si es rico en nitrógeno) generará un elevado crecimiento vegetativo y mucho follaje, lo que puede ir en detrimento de la producción de flores y frutos, y facilitar el ataque de plagas.

Una forma de abonar sin riesgo de excederse es aportar al final del invierno o comienzos de la primavera algún tipo de abono orgánico compostado.

Se trata de un abono complejo que incluye todos los nutrientes y micronutrientes que necesitan las plantas para crecer con salud. Otra opción son los abonos especiales para frutales. Puedes conseguirlos en tu centro de jardinería.

El riego: En los primeros años tras el trasplante el riego ha de ser generoso, ya que las raíces aún no son lo suficientemente profundas para alcanzar la humedad de las capas inferiores del suelo.

Conviene que los riegos sean profundos y espaciados. Los muy frecuentes y de poca agua, como el riego por goteo, tienen el inconveniente de que las raíces explorarán menos en profundidad y alrededor, lo que puede derivar en el desarrollo de una estructura radicular menos profunda y estable y, por lo tanto, más dependiente del riego en el futuro.

El control de plagas y enfermedades: Las plagas y enfermedades que pueden acusar los frutales son numerosas y, por lo tanto, imposibles de abarcar en este artículo.

Uno de los tratamientos más eficaces para controlarlas es la aplicacón de aceite mineral en el tronco y las ramas durante el invierno; este producto actúa sobre plagas en latencia —huevos, larvas y adultos en hibernación—, como pulgones, cochinillas, mosca blanca, ácaros; se puede combinar con fungicida. 

Existen además múltiples formas de controlar cada plaga específica, muchas de ellas completamente ecológicas, por ejemplo con productos basados en el Bacillus thuringiensis‘Kurstaki’, un microorganismo que actúa sobre las orugas, o aceite de neem, un insecticida natural que se debe usar con moderación porque afecta también a la fauna útil.

Cómo corregir las carencias de hierro y calcio

En las zonas de suelo calizo es relativamente común que los frutales sufran clorosis férrica, un problema que compromete la fotosíntesis y la productividad.

Se produce por las dificultades en la absorción del hierro presente en el sustrato que causa el pH alcalino, y se reconoce por la palidez del verde de las hojas en contraste con las nervaduras.

Una solución es aplicar quelatos de hierro, con lo que los árboles pueden recuperarse con rapidez; eso sí, se debe repetir cada año.

Menos frecuente es el caso contrario: la carencia de calcio en el suelo, que suele producirse sobre todo en las regiones lluviosas de la vertiente cantábrica.

El calcio es importante sobre todo para la calidad de los frutos, ya que aumenta la coloración, la firmeza y la conservación tras la cosecha, reduce las enfermedades fúngicas y evita el acorchado, esas manchas verde oscuro de la piel, debajo de las cuales la pulpa se vuelve esponjosa y seca.

Esta carencia afecta sobre todo a las manzanas, pero también a las peras. La solución es aportar cal al sustrato mediante un corrector, un tipo de abono inorgánico hidrosoluble de aplicación foliar y/o con el riego, o en forma de nitrato cálcico (que aporta también nitrógeno) o de dolomita (que incluye magnesio).

 

Trucos para que la floración dure más

Trucos para que la floración dure más

Las especies de flor, que estallan en mil colores en estos meses de primavera y verano, pueden florecer semana tras semana si se les dedican algunos sencillos cuidados.

Ya sean herbáceas, arbustos o trepadoras, estos trucos funcionan y ¡tienen premio!

Osteospermum, rosas de la China o hibiscos, tagetes, geranios, gitanillas, petunias, gazanias y toda clase de margaritas… pueden ofrecer una floración más duradera gracias a algunos sencillos y fáciles trucos.

Lo primero que hay que tener en cuenta son las necesidades básicas de las plantas.

Luz. Cada especie tiene sus exigencias de luz. Si una que precisa mucho sol no recibe el suficiente, crecerá larguirucha y con abundantes hojas, pero dará una floración pobre. Mientras que las que prefieren poco sol podrían quemarse si están demasiado expuestas.

Abono. Si desarrollan mucho follaje y pocas flores el problema puede estar en los nutrientes del suelo. Sin embargo, aunque el sustrato del jardín sea rico, las plantas en flor necesitan alimento extra, ya que consumen mucho más que las verdes.

Existen abonos específicos para plantas de flor, rico en fósforo y potasio, con el que se consiguen colores más vivos e intensos.

En primavera y verano hay que abonarlas cada dos o tres semanas, ya que además, al aumentar el riego, los nutrientes se pierden con más facilidad, sobre todo si las plantas se cultivan en maceta.

Los abonos ricos en nitrógeno no favorecen a las plantas de flor porque actúan sobre todo en el desarrollo de las hojas.

Riego. Las especies en flor demandan grandes dosis de agua, sobre todo en verano. Pero al regarlas hay que tener cuidado de no mojar las flores, especialmente si son muy densas (geranios, dalias, rosas), ya que las gotas que se quedan en los pétalos, en contacto con el sol podrían provocarles quemaduras, o el agua al acumularse fermentar con el calor.

Lo adecuado es regar al atardecer o por la mañana temprano, y dirigir el chorro de la manguera o la regadera al suelo y no a la planta.

El riego por goteo es el mejor sistema para regar un macizo de flores. Además, colocar un acolchado de corteza de pino en la base de los ejemplares contribuirá a conservar húmeda la tierra.

OBTENER FLORES MÁS GRANDES

¡Fuera los brotes laterales! Algunas floraciones son más espectaculares si solo se produce una única flor en cada tallo. Es el caso de las variedades de dalias y crisantemos más grandes, por ejemplo.

Para ello, basta con eliminar todos los vástagos laterales en cuanto aparezcan, dejando únicamente el central, de modo que la planta concentre toda su energía en ese brote (es el procedimiento opuesto al pinzado).

Aunque el número de flores será reducido, serán mucho más grandes y hermosas. Esta técnica se conoce con el nombre de desyemado.

TUTORES PARA LAS FLORES MÁS ALTAS

Del mismo modo, estas plantas con grandes flores y tallos altos y delgados, así como las peonías, azucenas y girasoles, muchas veces necesitarán soportes para evitar que el viento o el propio peso de la flor puedan quebrarlas.

Conviene colocar los tutores en cuanto la planta empiece a crecer, junto al tallo, y atarlo con cuerda de jardín, goma o rafia, sin apretar demasiado.

DIVIDIR LAS VIVACES 

En las especies vivaces —begonias, violetas, clivias, crisantemos, margaritas, etcétera— se pueden obtener nuevas plantas mediante la división.

Cada dos a cuatro años, cuando el ejemplar deja de florecer se la extrae del terreno con cepellón y se divide la mata en varias partes usando un cuchillo bien afilado.

Las partes más viejas, que suelen ser las centrales, se desechan; las demás se plantan enseguida en el jardín.

De esta manera, al rejuvenecer la mata, volverá a florecer en la siguiente temporada como si se tratara de una planta nueva.

¡OJO CON LAS PLAGAS!

Aunque las hojas suelen ser las principales víctimas de las plagas, también las flores sufren las consecuencias: caída de pétalos, deformación de las corolas, escasez, manchas…

Los pulgones, los escarabajos devoradores de flores, la polilla que ataca a geranios y gitanillas, los trips, los ácaros, y hongos como la roya, el míldiu o la botrytis, pueden acabar con la floración si no se tratan a tiempo.

Lo mejor es prevenirlos manteniendo unos hábitos de cultivo sanos: eliminar las malas hierbas y las flores marchitas, regar sin mojar las corolas, y usar insecticidas y fungicidas de forma preventiva (sistémicos) o ante los primeros síntomas (de contacto).

Rutina Verde: Obtén plantas a partir de esquejes

Rutina Verde: Obtén plantas a partir de esquejes

Las podas de marzo te permitirán obtener plantas idénticas de algunas especies a partir de esquejes.

Se dejan en un sustrato de turba y arena húmedo, o directamente en agua, hasta que emiten raíces y se plantan; las hormonas de enraizamiento ayudan. Los geranios son los más comunes en primavera, pero hay más plantas que puedes esquejar.

Llámanos con tus dudas.

Saludos verdes!

#AhoraFloresyPlantas

 

Rutina Verde: Es tiempo de abonar

Rutina Verde: Es tiempo de abonar

Ahora es el momento ideal para aplicar abono orgánico en parterres, arriates, jardineras y tiestos de todas tus plantas de exterior.

Consultanos para ver cómo debes abonar tus plantas, ellos son los verdaderos expertos, ¡llámanos!

Saludos verdes!

#AhoraFloresyPlantas

 

Rutina Verde: Decora tu cuarto de baño con plantas

Rutina Verde: Decora tu cuarto de baño con plantas

Si tu cuarto de baño es luminoso, ¿qué esperas para decorarlo con plantas de interior?

El vapor de la ducha y la atmósfera húmeda no pueden ser más beneficiosos para los helechos, espatifilos, bromelias, entre ellas las tillandsias o plantas del aire, y el ficus colgante.

Saludos verdes!

#AhoraFloresyPlantas