¿Conoces las Vandas?

¿Conoces las Vandas?

¿Conoces las Vandas?

Son orquídeas que van suspendidas con sus largas raíces al aire y espléndidas varas de flores.

Las hay de varios colores pero las más habituales en los centros de jardinería son de color azul violeta. ¡Atrévete con estas fantásticas orquídeas!

Saludos Verdes.

 

Camelias: la elegancia en todas sus formas

Camelias: la elegancia en todas sus formas

Cuando veas las camelias de primavera en flor, ¿con cuál te vas a quedar? Elegir entre tantas variedades no es fácil. La foto de arriba es solo un atisbo de la infinidad de tamaños, formas y colores que pueden ostentar las flores de esta planta.

Desde su llegada a Europa en los siglos XVII y XVIII con los navegantes portugueses, las camelias despertaron una fascinación que ha fructificado en una extraordinaria multiplicación de variedades.

La más prolífica ha sido la Camellia japonica, la especie de floración primaveral más habitual en los jardines junto con la Camellia reticulata, de grandes corolas (incluso de 17 centímetros de diámetro), y sus cruzamientos.

Basta visitar un pazo gallego entre febrero y abril para comprender por qué encienden tanta pasión coleccionista.

Cultivar una camelia en casa

Por la acidez del suelo y su clima oceánico fresco y húmedo, Galicia y el occidente de Asturias disponen de las condiciones ideales para cultivar estos bellos arbustos. Pero esto no significa que no se pueda disfrutar de ellos en otros lugares.

Plantar las camelias en un tiesto permite garantizarles un sustrato para acidófilas rico y fresco; si es en el suelo, el pH se puede corregir. Para regarlas, agua de lluvia o descalcificada. Situar la planta en un sitio orientado al norte, o en todo caso al este, le evitará una exposición al sol más caliente y la protegerá del efecto desecante del viento.
 

Seis tipos de flor (para cientos de cultivares)

La forma de la flor de las camelias responde a seis tipos básicos, pero no constituye una característica constante, ya que depende de factores genéticos y ambientales. A veces no está clara y no se ajusta a un solo tipo, sino que puede estar entre dos.

(1) Sencilla

Es la corola más simple, formada por cinco a siete pétalos dispuestos en una sola fila o dos incompletas. Rodean un círculo central de estambres muy numerosos y llamativos.

(2) Semidoble

Flores con dos o más hileras de pétalos (ocho o más) rodeando un centro de estambres.

(3) Doble incompleta o forma de rosa

Con numerosos pétalos imbricados alrededor de un centro de estambres visible cuando se abre la flor.

(4) Doble formal

Forman la flor numerosas hileras de pétalos imbricados y dispuestos de una forma muy ordenada. No se ven estambres aunque esté totalmente abierta.

(5) Forma de peonía

La flor es de aspecto globoso y se caracteriza por una mezcla de pétalos irregulares, petaloides —estambres modificados que se parecen a los verdaderos pétalos— y estambres.

(6) Forma de anémona

El centro de la flor es globular y está formado por estambres y petaloides; aparece rodeado de una o más hileras de pétalos externos.

 

Cómo y cuando regar tus plantas

Cómo y cuando regar tus plantas

¿Qué has hecho mal para que esa planta que tanto te gusta haya perdido lustre y parezca a punto de morir? ¿Tenías claro cómo había que cuidarla?

Cada especie tiene sus propias exigencias, así que la primera medida que tienes que tomar para que una planta te dure mucho tiempo es informarte bien. En general, uno de los principales errores que se cometen en el cuidado de las plantas está relacionado con el riego.

A continuación vamos a considerar cuales son los errores más frecuentes a la hora de regar nuestras plantas y cómo debemos regarlas para que el éxito esté asegurado.

Exceso de riego

Un riego excesivo suele ser más perjudicial para las plantas, incluido el césped, que la falta de agua, ya que puede privar a las raíces del oxígeno que necesitan y provocarles asfixia. Además, su acumulación en terrenos mal drenados, si se trata del jardín, o en la base de los tiestos, puede facilitar el desarrollo de patógenos como la Phytophthora, cuyo efecto es letal, o de hongos del suelo que producen manchas amarillentas o secas en las hojas, especialmente en las plantas de interior (palmeras, potos…). En el caso de los cactus y crasas, el exceso de agua sumado al frío puede condenarlos sin remedio.

Falta de agua

Regar lo justo las plantas no implica someterlas al estrés de la falta de agua. Las que viven en tiesto corren mayor riesgo de quedarse secas. En el jardín, salvo que sean plantas xerófilas bien implantadas, la ausencia de riego puede provocar la desecación de las hojas y daños irrecuperables por defoliación. En el caso de las herbáceas y los árboles y arbustos delicados o recién plantados, la falta de agua sumada a una subida fuerte y repentina de la temperatura ambiental puede provocarles un golpe de calor; las vivaces y leñosas pueden perder mucho follaje, pero con los cuidados adecuados probablemente se recuperen; las anuales no podrán recobrarse.

¿Cómo regar?

A qué horas regar. En los momentos más calurosos del día, la mayor parte del agua de riego se evapora. Regar por la noche, o a primeras horas de la madrugada, es mucho más aconsejable. Además se evita quemar las plantas por el efecto lupa del sol sobre las gotas.

Un riego adaptado a las características del suelo. Deberá ser más frecuente y abundante en suelo arenoso, donde el agua se infiltra rápidamente, y más lento y espaciado en suelo arcilloso, de baja infiltración.

Un riego adaptado al clima. Los programadores de riego permiten regar en el momento deseado y durante el tiempo necesario. Pero no es eficaz mantener el mismo programa de riego apto para el verano de mayo a septiembre. Conviene hacer ensayos de reducción de riego. Las plantas pueden tolerar periodos más o menos largos sin ser regadas, sobre todo si se las va acostumbrando progresivamente.

Regar bien, pero menos veces. Es mejor regar las plantas en su base, a fondo, para que el agua llegue a las raíces, y de forma espaciada, que hacerlo de forma ligera y más a menudo. En el primer caso, las raíces tenderán a bajar más profundamente buscando el agua y la planta se hará más resistente.

 

Tareas del jardín en Febrero

Tareas del jardín en Febrero

La primavera está a las puertas y el jardín necesita una puesta a punto general: toca podar, abonar, acolchar, plantar, trasplantar…

La recompensa está a la vista: las primeras flores de la temporada ya están aquí.

 

Tareas generales del mes

Podar. Realiza la poda de limpieza, rejuvenecimiento y formación de árboles, arbustos y trepadoras.

  • Poda los arbustos caducifolios que florecen en verano o que han dado flor en invierno, antes de que despunten.
  • Recorta las gramíneas ornamentales y herbáceas perennes o vivaces que se han mantenido en pie, aunque secas, todo el invierno.

Plantar. Si el tiempo lo permite, ya se pueden plantar (o trasplantar, si la especie lo admite) árboles, arbustos, setos y trepadoras caducifolios, y perennifolias en general.

Abonar y acolchar. Después de la poda, árboles, arbustos y trepadoras deben ser fertilizados con abono orgánico, que no solo nutre sino que, además, mejora la estructura del suelo.

En el caso de los árboles se debe esparcir en torno al pie o en el alcorque, enterrándolo ligeramente. Una vez aplicado, regar para que penetre.

 

Árboles, arbustos y trepadoras

Asegura las ataduras de las trepadoras

En pocas semanas, la glicinia y muchas otras trepadoras estarán llenas de flores. Por ello, antes de que empiecen a emitir las yemas y botones florales se deben eliminar los tallos secos, débiles y malformados y revisar las sujeciones y el soporte, ya que el peso de la vegetación puede vencerlos.

A medida que vayan emitiendo los tallos hay que atarlos con cuidado de no estrangularlos.

Dale ‘alimento’ a los cítricos

Los limoneros, naranjos, kumquats, etcétera, necesitan ahora un aporte de abono orgánico o especial para cítricos (los encontrarás en tu centro de jardinería) para afrontar con fuerza la floración de primavera; aplícalo sobre el sustrato.

También es buen momento para cambiarlos de maceta, si fuera necesario.

Aplica aceite de invierno en tus árboles

Para atacar las plagas que han permanecido latentes en los frutales y demás caducifolios durante el invierno (cochinillas, orugas minadoras, procesionarias, entre otras), al engordar las yemas conviene aplicar sobre ramas y troncos aceite mineral mezclado con insecticida.

 

Plantas de flor

Primeras flores de temporada

Ya puedes tener tu propio anticipo de primavera y plantar anuales y vivaces que florecen aun con frío: prímulas, violetas, gazanias, ranúnculos, Bellis perennis, arabis, aubrietas, Osteospermum, entre muchas otras.

Preparar el terreno

Las plantaciones deben realizarse en paterres y arriates libres de malas hierbas y anuales agotadas. La tierra se ha de remover y airear en un día de sol. Luego, debe revolverse con abono orgánico, en lo que se llama un abonado de fondo, que liberará nutrientes lentamente.

Abonar las plantas en maceta

Lo mismo ha de hacerse con el sustrato de tiestos y jardineras: se ha de remover la tierra de la superficie y espolvorearse con humus de lombriz, compost o estiércol maduro.

 

Plantas de interior

Puesta a punto antes de salir del letargo

Tras la parada invernal, las plantas de interior necesitan también un repaso: elimina las partes más viejas y estropeadas, y descarta los ejemplares que estén agotados.

Renovar tu jardín interior con nuevas plantas le devolverá el interés y el atractivo. A partir de marzo deberás reanudar la aportación quincenal de fertilizante disuelto en el agua de riego.

 

Huerto

El terreno, a punto

En febrero toca preparar la tierra para las siembras y plantaciones que se multiplicarán a partir de las próximas semanas.

  • Entrecava el terreno para romper la costra que se forma con el frío y las lluvias del invierno.
  • Escarda para eliminar malas hierbas y restos de cultivos.
  • Enmienda la tierra con abono orgánico —compost, humus de lombriz, estiércol— y pasa el rastrillo para alisar la superficie.
  • Si llueve, cubre los bancales con un plástico para que los trabajos no caigan en saco roto.

Primeras siembras al aire libre

Desde mediados del mes ya se pueden sembrar, siempre que “febrerillo el loco” lo permita, cebollas, rábanos, guisantes, acelgas, lechugas de ciclo primaveral, espinacas, zanahorias…

La cosecha de invierno continúa

Todavía seguirás recogiendo del huerto coles de Bruselas, puerros, chirivías, apio, nabos…

 

El césped

El césped también necesita un repaso

La pradera también va a empezar a salir de su letargo en estas semanas. Debes limpiarla de malas hierbas y del musgo que se haya formado durante el invierno a causa del frío y la humedad (en Centro de Jardinería Sánchez te podemos recomendar los productos adecuados).

Si hay áreas muy mojadas en el césped también deberías intentar mejorar el drenaje del terreno pinchando el suelo con una horquilla.

Si se observan calvas tendrás que resembrar utilizando la mezcla adecuada de mantillo y semillas, o plantar tepes: febrero y marzo son dos meses ideales para hacerlo.

 

Cuidados y características de las Ceropegias

Cuidados y características de las Ceropegias

Entre las plantas colgantes que se pueden cultivar dentro de casa pocas son tan curiosas y decorativas como la Ceropegia woodii, con su cascada de collares de hojas en forma de corazón y sus extrañas flores peludas.

Se trata de una vivaz suculenta nativa de las regiones del este de Sudáfrica, de fácil cuidado.

Follaje

Sus carnosas hojas, gruesas y de textura cerosa, son pequeñas —de 1-2 centímetros— y suelen tener forma de corazón o manzana.

En el haz, el verde azulado del fondo se mezcla con venaciones plateadas más o menos extensas; el envés es verde, gris o púrpura, al igual que los finos (y quebradizos) tallos, que habitualmente suelen superar el metro de longitud.

En los cultivares ‘Variegata’ las hojas exhiben tonos rosados o crema en los márgenes. La densidad del follaje varía mucho entre ejemplares.

Flores

Durante el verano, la Ceropegia woodii emite sus flores en los entrenudos de los tallos. Son tubulares, de color rosado, hinchadas en la base y con cinco lóbulos en el extremo en forma de ganchos peludos de color rojo oscuro casi negro, que se juntan formando una especie de jaula.

Pueden dar paso a largas vainas que al abrirse liberan semillas provistas de un sedoso mechón blanco, un vilano o papus.

Cultivo y cuidados

Necesita mucha luz —incluso puede recibir el sol suave de la mañana— para que el follaje no pierda color. El sustrato debe ser humífero, pero muy bien drenado y pobre en nitrógeno.

Agradece los aportes de abono rico en fósforo. Se debe regar de forma moderada en la época de crecimiento, dejando que el sustrato se seque totalmente entremedias, y escasa en invierno; al ser una suculenta es capaz de reservar agua en las hojas y los tubérculos que desarrolla a lo largo de los tallos.

Es importante evitar que se acumule agua en el fondo del tiesto. Aunque no suele ser atacada por las plagas se debe controlar la presencia de la araña roja y la cochinilla cerosa en el envés de las hojas y retirarlas a mano.

Usos

En tiestos colgantes o situados en alto para sacarle partido a su efecto cascada. Los tallos también se pueden enredar en estructuras de alambre.

 

¡En Centro de Jardinería Sánchez te daremos más consejos para que tus ceropegias siempre estén preciosas!

Te esperamos