Tareas del jardín en febrero
La primavera está a las puertas y el jardín necesita una puesta a punto general: toca podar, abonar, acolchar, plantar, trasplantar… La recompensa está a la vista: las primeras flores de la temporada ya están aquí.
Tareas generales del mes
Podar. Realiza la poda de limpieza, rejuvenecimiento y formación de árboles, arbustos y trepadoras.
Poda los arbustos caducifolios que florecen en verano o que han dado flor en invierno, antes de que despunten.
Recorta las gramíneas ornamentales y herbáceas perennes o vivaces que se han mantenido en pie, aunque secas, todo el invierno.
Plantar. Si el tiempo lo permite, ya se pueden plantar (o trasplantar, si la especie lo admite) árboles, arbustos, setos y trepadoras caducifolios, y perennifolias en general.
Abonar y acolchar. Después de la poda, árboles, arbustos y trepadoras deben ser fertilizados con abono orgánico, que no solo nutre sino que, además, mejora la estructura del suelo. En el caso de los árboles se debe esparcir en torno al pie o en el alcorque, enterrándolo ligeramente. Una vez aplicado, regar para que penetre.
Plantas de interior
Puesta a punto antes de salir del letargo
Tras la parada invernal, las plantas de interior necesitan también un repaso: elimina las partes más viejas y estropeadas, y descarta los ejemplares que estén agotados.
Renovar tu jardín interior con nuevas plantas le devolverá el interés y el atractivo. A partir de marzo deberás reanudar la aportación quincenal de fertilizante disuelto en el agua de riego.
Plantas con flor
Primeras flores de temporada
Ya puedes tener tu propio anticipo de primavera y plantar anuales y vivaces que florecen aun con frío: prímulas, violetas, gazanias, ranúnculos, Bellis perennis, arabis, aubrietas, Osteospermum, entre muchas otras.
Preparar el terreno
Las plantaciones deben realizarse en paterres y arriates libres de malas hierbas y anuales agotadas. La tierra se ha de remover y airear en un día de sol. Luego, debe revolverse con abono orgánico, en lo que se llama un abonado de fondo, que liberará nutrientes lentamente.
Abonar las plantas en maceta
Lo mismo ha de hacerse con el sustrato de tiestos y jardineras: se ha de remover la tierra de la superficie y espolvorearse con humus de lombriz, compost o estiércol maduro.
Árboles, arbustos y trepadoras
Asegura las ataduras de las trepadoras
En pocas semanas, la glicinia y muchas otras trepadoras estarán llenas de flores. Por ello, antes de que empiecen a emitir las yemas y botones florales se deben eliminar los tallos secos, débiles y malformados y revisar las sujeciones y el soporte, ya que el peso de la vegetación puede vencerlos.
A medida que vayan emitiendo los tallos hay que atarlos con cuidado de no estrangularlos.
Dale ‘alimento’ a los cítricos
Los limoneros, naranjos, kumquats, etcétera, necesitan ahora un aporte de abono orgánico o especial para cítricos (los encontrarás en tu centro de jardinería) para afrontar con fuerza la floración de primavera; aplícalo sobre el sustrato.
También es buen momento para cambiarlos de maceta, si fuera necesario.
Huerto
El terreno, a punto
En febrero toca preparar la tierra para las siembras y plantaciones que se multiplicarán a partir de las próximas semanas.
• Entrecava el terreno para romper la costra que se forma con el frío y las lluvias del invierno.
• Escarda para eliminar malas hierbas y restos de cultivos.
• Enmienda la tierra con abono orgánico —compost, humus de lombriz, estiércol— y pasa el rastrillo para alisar la superficie.
• Si llueve, cubre los bancales con un plástico para que los trabajos no caigan en saco roto.
Primeras siembras al aire libre
Desde mediados del mes ya se pueden sembrar, siempre que “febrerillo el loco” lo permita, cebollas, rábanos, guisantes, acelgas, lechugas de ciclo primaveral, espinacas, zanahorias…
La cosecha de invierno continúa
Todavía seguirás recogiendo del huerto coles de Bruselas, puerros, chirivías, apio, nabos…
Césped
El césped también necesita un repaso
La pradera también va a empezar a salir de su letargo en estas semanas. Debes limpiarla de malas hierbas y del musgo que se haya formado durante el invierno a causa del frío y la humedad (en tu centro de jardinería te recomendarán los productos adecuados).
Si hay áreas muy mojadas en el césped también deberías intentar mejorar el drenaje del terreno pinchando el suelo con una horquilla.
Si se observan calvas tendrás que resembrar utilizando la mezcla adecuada de mantillo y semillas, o plantar tepes: febrero y marzo son dos meses ideales para hacerlo.