Cómo cultivar bulbosas de verano
Se acaba el frío, ¡ya comienza la primavera! Planta tus bulbos ahora y florecerán este verano.
Sigue todos nuestros consejos en este tutorial.
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¿Te gusta la fruta? ¿Te imaginas algo mejor que recolectarla de tu propio jardín o de la maceta de tu terraza?
Planta ahora tus frutales, en Centro de Jardinería Sánchez tienes cientos de ejemplares y variedades para elegir.
¡En primavera comprobarás que la fruta que has mimado es otra cosa!
Albahacas que huelen a limón, a canela, a regaliz, a clavo… ¿Las conoces? Pocas aromáticas ofrecen tantas variedades como esta fragante hierba tan apreciada en la gastronomía italiana y del Sudeste asiático. Esas notas aromáticas ensanchan el campo sensorial y permiten experimentar nuevos usos en la cocina y la repostería.
Sin la aromática albahaca no existiría el pesto, esa salsa que convierte unos sencillos espaguetis en un plato de exquisito sabor. Es además un magnífico complemento del tomate maduro. Pero también interviene en las exóticas cocinas del Sudeste asiático e incluso en sorbetes y postres.
La albahaca (Ocimum basilicum) es en realidad muchas albahacas. Desde la ‘Gigante Genovesa’ o ‘Grand Vert’, de hojas grandes y anchas, que se suele usar para el pesto, y la ‘Enana Marsellesa’, muy perfumada, a la variedad minimum u ‘Hoja Fina’, la llamada albahaca griega, de hojas pequeñas y forma de bola, ideal para pequeñas macetas. O la ‘Chianti’, de follaje púrpureo. Hasta aquí, todas variedades que aportan el aroma habitual.
Pero además hay una serie de albahacas cuyo perfume ofrece matices especiados:
• Canela: La ‘Cinnamon’, por ejemplo, de hojas medianas y flores moradas, desprende un fuerte aroma a canela y clavo.
• Clavo y jengibre: Las grandes hojas de la variedad purpurascens huelen a clavo, pimienta, jengibre… Son, además, de un precioso color purpúreo, que en los cultivares ‘Opal’, ‘Dark Opal’ y ‘Purple Ruffles’ es tan oscuro que se acerca al negro.
• Limón: Las notas cítricas de la albahaca Ocimum citriodorum y el cultivar ‘Sweet Lemon’ suelen estar presentes en la cocina de Indochina. Son ideales para cultivar en maceta. Además, su olor repele los mosquitos.
• Regaliz: La variedad glycyrrhiza, en cambio, destaca por un potente aroma a regaliz. Se usa en sorbetes, helados y mermeladas, y también en ensaladas e infusiones. Aparece asimismo en la cocina asiática. Es una planta bonita que luce matices rojizos en los brotes nuevos. También ahuyenta los insectos.
La albahaca es una vivaz de vida corta que se suele tratar como planta anual. Vive mejor en maceta o jardinera que en tierra y suele crecer a buen ritmo.
En las ventanas de las casas griegas, los tiestos de alhabaca son una señal de bienvenida, pero también cumplen una función repelente contra moscas y mosquitos.
• Temperatura: Ama el calor —soporta hasta -1º, zonas 10-12—, de modo que hay que protegerla de las heladas. Es nativa de la India y las zonas más cálidas y húmedas de Asia, desde donde llegó a Europa hace milenios probablemente con la Ruta de la Seda.
• Plantas y semillas: Se pueden comprar las plantas ya desarrolladas en el centro de jardinería, u obtenerlas por semillas, ya sea haciendo semilleros o sembrándolas directamente en la tierra entre marzo y mayo.
• Luz: Lo ideal es que reciba el sol de la mañana —el del mediodía y la tarde es demasiado fuerte para su tierno follaje— y permanezca en sombra, pero con mucha luz, el resto del día. Se puede cultivar en la propia cocina, siempre que el ambiente sea muy luminoso, o con la ayuda de una lámpara de leds para plantas si es muy oscuro.
• Sustrato: Ha de ser fértil y drenar muy bien.
• Riego y humedad: Necesita agua de forma regular, pero evitando encharcarla para prevenir la pudrición de las raíces. En verano agradece las pulverizaciones frecuentes.
• Abono: Cada cuatro semanas debe recibir abono orgánico o fertilizante de origen natural. En invierno, cada ocho semanas.
• Plagas y enfermedades: Si se le proporcionan las condiciones de cultivo adecuadas no enfermará ni sufrirá plagas. No obstante, si se presentara algún visitante indeseado debe eliminarse a mano o con agua.
• Consumo: Lo ideal es consumirla fresca, recién cortada; si es con la punta de los dedos, mejor. Para favorecer un porte compacto conviene escoger los extremos de los tallos.
• Floración: Si se le permite florecer —suele hacerlo entre julio y octubre—, el sabor de las hojas puede adquirir un sesgo anisado.
Rosa, rojo, blanco, azul, lila, amarillo, naranja, ¡tantos colores para elegir! ¿Necesitas una excusa?
El próximo 14 de febrero díselo con flores (o plantas en flor).
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¡En San Valentín el amor está en las flores!
La primavera está a las puertas y el jardín necesita una puesta a punto general: toca podar, abonar, acolchar, plantar, trasplantar… La recompensa está a la vista: las primeras flores de la temporada ya están aquí.
Podar. Realiza la poda de limpieza, rejuvenecimiento y formación de árboles, arbustos y trepadoras.
Poda los arbustos caducifolios que florecen en verano o que han dado flor en invierno, antes de que despunten.
Recorta las gramíneas ornamentales y herbáceas perennes o vivaces que se han mantenido en pie, aunque secas, todo el invierno.
Plantar. Si el tiempo lo permite, ya se pueden plantar (o trasplantar, si la especie lo admite) árboles, arbustos, setos y trepadoras caducifolios, y perennifolias en general.
Abonar y acolchar. Después de la poda, árboles, arbustos y trepadoras deben ser fertilizados con abono orgánico, que no solo nutre sino que, además, mejora la estructura del suelo. En el caso de los árboles se debe esparcir en torno al pie o en el alcorque, enterrándolo ligeramente. Una vez aplicado, regar para que penetre.
Puesta a punto antes de salir del letargo
Tras la parada invernal, las plantas de interior necesitan también un repaso: elimina las partes más viejas y estropeadas, y descarta los ejemplares que estén agotados.
Renovar tu jardín interior con nuevas plantas le devolverá el interés y el atractivo. A partir de marzo deberás reanudar la aportación quincenal de fertilizante disuelto en el agua de riego.
Primeras flores de temporada
Ya puedes tener tu propio anticipo de primavera y plantar anuales y vivaces que florecen aun con frío: prímulas, violetas, gazanias, ranúnculos, Bellis perennis, arabis, aubrietas, Osteospermum, entre muchas otras.
Preparar el terreno
Las plantaciones deben realizarse en paterres y arriates libres de malas hierbas y anuales agotadas. La tierra se ha de remover y airear en un día de sol. Luego, debe revolverse con abono orgánico, en lo que se llama un abonado de fondo, que liberará nutrientes lentamente.
Abonar las plantas en maceta
Lo mismo ha de hacerse con el sustrato de tiestos y jardineras: se ha de remover la tierra de la superficie y espolvorearse con humus de lombriz, compost o estiércol maduro.
Asegura las ataduras de las trepadoras
En pocas semanas, la glicinia y muchas otras trepadoras estarán llenas de flores. Por ello, antes de que empiecen a emitir las yemas y botones florales se deben eliminar los tallos secos, débiles y malformados y revisar las sujeciones y el soporte, ya que el peso de la vegetación puede vencerlos.
A medida que vayan emitiendo los tallos hay que atarlos con cuidado de no estrangularlos.
Dale ‘alimento’ a los cítricos
Los limoneros, naranjos, kumquats, etcétera, necesitan ahora un aporte de abono orgánico o especial para cítricos (los encontrarás en tu centro de jardinería) para afrontar con fuerza la floración de primavera; aplícalo sobre el sustrato.
También es buen momento para cambiarlos de maceta, si fuera necesario.
El terreno, a punto
En febrero toca preparar la tierra para las siembras y plantaciones que se multiplicarán a partir de las próximas semanas.
• Entrecava el terreno para romper la costra que se forma con el frío y las lluvias del invierno.
• Escarda para eliminar malas hierbas y restos de cultivos.
• Enmienda la tierra con abono orgánico —compost, humus de lombriz, estiércol— y pasa el rastrillo para alisar la superficie.
• Si llueve, cubre los bancales con un plástico para que los trabajos no caigan en saco roto.
Primeras siembras al aire libre
Desde mediados del mes ya se pueden sembrar, siempre que “febrerillo el loco” lo permita, cebollas, rábanos, guisantes, acelgas, lechugas de ciclo primaveral, espinacas, zanahorias…
La cosecha de invierno continúa
Todavía seguirás recogiendo del huerto coles de Bruselas, puerros, chirivías, apio, nabos…
El césped también necesita un repaso
La pradera también va a empezar a salir de su letargo en estas semanas. Debes limpiarla de malas hierbas y del musgo que se haya formado durante el invierno a causa del frío y la humedad (en tu centro de jardinería te recomendarán los productos adecuados).
Si hay áreas muy mojadas en el césped también deberías intentar mejorar el drenaje del terreno pinchando el suelo con una horquilla.
Si se observan calvas tendrás que resembrar utilizando la mezcla adecuada de mantillo y semillas, o plantar tepes: febrero y marzo son dos meses ideales para hacerlo.