Prevención y tratamiento de la plaga del pulgón
El pulgón es, junto a los ácaros, cochinillas y moscas blancas, una de las plagas que con mayor frecuencia sufren nuestras plantas, ya sean ejemplares de jardín como las especies de interior.
Pero este insecto no solo las debilita al absorber su savia, sino que además contagia enfermedades y atrae otras plagas, como las hormigas.
En este artículo vamos a conocer en detalle las características de esta plaga, las consecuencias de sus ataques y las formas de detección y tratamiento.
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EL PULGÓN, UNA DE LAS PLAGAS MÁS EXTENDIDAS
El pulgón es habitual en campos y jardines y puede formar auténticas colonias que envuelven los tallos y las hojas de las plantas.
Desde la primavera hasta el otoño deberás controlar las zonas en crecimiento de tus plantas y el envés de las hojas para detectarlos a tiempo.
Estos pequeños insectos (de 1 a 3 mm de longitud) pueden presentar diversos colores según la especie a la que pertenezcan: verdes, rojos, amarillos, negros… y aunque son muy pequeños son fáciles de detectar a simple vista.
La mayoría son polífagos, es decir, no tienen preferencia por una especie vegetal concreta.
Atacan a los brotes jóvenes de muchos tipos de plantas, tanto de exterior como de interior, especialmente a aquellos cultivos con alto contenido en azúcares: leguminosas (habas, guisantes, judías…), otras hortalizas como la patata o la col, verduras, frutales, plantas ornamentales (muy comunes en los rosales), etc.
A principios de la primavera, los huevos dan lugar a hembras sin alas que se reproducen por partenogénesis (un tipo de reproducción sexual que requiere un solo gameto) y, sin necesidad de un macho que las fecunde, pueden llegar a producir más de 150 crías.
Dan lugar a generaciones de pulgones ápteros (sin alas) que se quedan alimentándose de la planta donde han nacido y a otras generaciones con alas que colonizan plantas distintas.
En tan sólo una semana, estas crías ya son adultas y pueden reproducirse igual que su progenitora, por lo que la invasión es muy rápida. Se pueden producir varias generaciones anuales procedentes de un sólo individuo.
Cuando las condiciones ambientales empiezan a dejar de ser adecuadas, se produce una generación con reproducción sexual anfigónica (machos y hembras), que se reproducirá dando lugar a los huevos que hibernarán durante la estación fría hasta su eclosión en la siguiente primavera.
Las especies en las que es más fácil encontrarlo son los rosales, árboles frutales, coníferas y chopos, aunque también es común que ataque en el huerto.
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CONSECUENCIAS DEL ATAQUE DEL PULGÓN
El pulgón ataca a las plantas sobre todo para alimentarse de su savia. La succiona a través de un pico largo que clava en la planta. Como consecuencia, el tejido del ejemplar se destruye y las hojas y los brotes nuevos se deforman.
La debilidad originada en la planta por este ataque frena su crecimiento y disminuye la floración.
Por otro lado, los pulgones pueden transmitir enfermedades de una planta a otra. Esto ocurre si, tras alimentarse de un ejemplar infectado, atacan a uno sano.
Las enfermedades más habituales son provocadas por hongos como el Seiridium cardinale, en cipreses y otras arizónicas, el Cenangium ferruginosum, en abetos, y la negrilla en los cedros, así como numerosas virosis que pueden aparecer en adelfas, cucurbitaceas o solanaceas.
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DETECCIÓN Y TRATAMIENTO CONTRA LOS ATAQUES
La plaga del pulgón aparece con el buen tiempo (especialmente en primavera y verano) y de forma explosiva, debido a la alta capacidad reproductora de este insecto.
Comprobar que una planta está siendo atacada por este insecto es sencillo, ya que pueden verse en las yemas tiernas y en el envés de las hojas.
Los pulgones son unos pequeños insectos de color negro, amarillo, rojo o verde (hay muchas especies diferentes), que dejan tras de sí un rastro azucarado (la melaza) que no solo cubre la superficie de la planta, sino que también atrae a las hormigas.
Estas pueden incluso trasladar a los pulgones de unas plantas a otras.
Si ves hojas que amarillean y se arrugan, es un buen indicativo del ataque de un parásito. Si además hay hojas que están brillantes y pegajosas, o se ven hormigas deambulando por los tallos, ya no hay duda de que un insecto hemíptero está excretando melaza como resultado de su alimentación.
Busca sobre todo en las zonas terminales de la planta, donde los tejidos son más tiernos.
La parte posterior de las hojas son las grandes olvidadas, donde quizás veas al culpable.
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TRATAMIENTOS PREVENTIVOS
Nunca nos cansaremos de repetir que la prevención debe ser la base de un control adecuado de las plagas, y con más motivo en el caso del pulgón, que se reproduce de forma exponencial.
Existen diferentes tratamientos preventivos, a los que se puede recurrir durante los meses de invierno si existe riesgo de ataque de plaga.
Algunas de las medidas preventivas contra el ataque del pulgón son:
– Eliminar las malas hierbas para evitar que los pulgones se refugien en ellas y puedan colonizar a las plantas próximas.
– La adecuada preparación y protección del sustrato, así como un abonado y riego correctos, disminuyen las posibilidades del ataque de plagas y enfermedades.
– Si se detecta la presencia de hormigas, intentar acabar con ellas ya que éstas tienen una relación de simbiosis con los pulgones: los protegen y transportan para alimentarse de la melaza que excretan.
– Plantar, cerca de las especies que pueden ser atacadas por pulgones, plantas que los repelan como: albahaca (y aromáticas en general), ortiga o ajo.
– Aceite de parafina o aceite de invierno: se aplica en invierno sobre árboles y arbustos sin hojas, especialmente si han sido atacados la primavera o verano anterior. Es un método físico que forma una película sobre los huevos de pulgones y hace que se asfixien.
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TRATAMIENTOS PARA ELIMINAR EL PULGÓN
Para un control eficaz de las plagas evitando el uso de productos químicos o artificiales, debemos planificar una lucha integrada, que emplea simultáneamente distintos métodos que las combatan.
Una vez detectado, el pulgón se combate mediante un tratamiento fitosanitario durante primavera y verano, a primera hora del día o al atardecer.
De todas formas, los tratamientos solo se deben realizar cuando sea necesario y en dosis adecuadas, ya que el abuso de los insecticidas debilita a las plantas.
Algunos de los métodos para eliminar o reducir significativamente los pulgones son:
– Métodos mecánicos: podar los brotes más afectados o eliminar los pulgones cepillando los brotes y las hojas con un pequeño pincel.
– Métodos biológicos: resulta muy útil la utilización de enemigos naturales de las plagas. Al igual que se realiza en otros casos, podemos liberar insectos depredadores de pulgones (como mariquitas, crisopas, tijeretas, avispillas). Hay empresas especializadas venden estos insectos depredadores de pulgones.
– Soluciones o preparados repelentes:
- Agua jabonosa (jabón de potasa).
- Infusión de cola de caballo (Equisetum arvense).
- Pelitre.
- Extracto de Neem.
Este último, el extracto de Neem, es una excelente alternativa ecológica y respetuosa con el medio ambiente, que sirve tanto de repelente como de insecticida de contacto.
Dispone también de cierto efecto sistémico gracias a su principio activo (azadiractina).
Combate el pulgón y también otras plagas como araña roja, mosca blanca o cochinilla, sin perjudicar a otros insectos beneficiosos.
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El pulgón es una plaga muy común que amenaza con frecuencia la buena salud y belleza de nuestros cultivos y jardines.
Conocer bien a este insecto y cómo actúa es la mejor herramienta que tenemos para, primero tomar desde ahora mismo medidas preventivas y también para erradicar la plaga
En Centro de Jardinería Sánchez conocemos bien a estos insectos y, sobretodo, sabemos cómo acabar con ellos.
Disponemos de una amplia sección dedicada a la prevención y tratamientos para erradicar plagas y las enfermedades más comunes de nuestras plantas.
Si tienes dudas, pregúntanos, somos expertos y podemos asesorarte en escoger el mejor tratamiento para tu caso.
¡Te esperamos!