El verano, con su sol intenso y altas temperaturas, puede dejar nuestro jardín un poco desgastado. Pero no te preocupes, con los cuidados adecuados, tu jardín volverá a lucir vibrante y saludable.
¡Sigue estos consejos y prepáralo para la próxima estación!
Lo primero es establecer un diagnóstico y obrar en consecuencia. Lo siguiente, practicar los cuidados adecuados durante el otoño. Así recuperarán su vigor.
Evaluación Inicial
Inspecciona tus plantas, observa si hay hojas amarillentas, marchitas o con plagas. Retira las partes dañadas para favorecer el crecimiento de nuevas hojas.
Asegúrate de que el sistema de riego esté funcionando correctamente y ajusta la frecuencia según las necesidades de cada planta.
Comprueba el suelo, ya que puede haberse compactado o haberse empobrecido de nutrientes. Afloja la tierra y añade compost para enriquecerla.
Plantas secas
Tierra seca, un hueco entre el sustrato y las paredes del tiesto, hojas marchitas y lacias, arrugadas o caídas… son síntomas inequívocos de que la planta ha sufrido sed. Si no se ha secado por completo, todavía puede haber solución.
• Elimina las hojas marchitas y caídas y las flores secas.
• Sumerge el tiesto en un barreño con agua o en la bañera hasta que la tierra se empape y vuelva a hincharse; es decir, cuando dejen de salir burbujas.
• Retira el tiesto del agua, deja escurrir un rato, y remueve la superficie de la tierra para que las raíces se aireen, pero cuidando de no romperlas.
• Quita pacientemente con un trapo húmedo el polvo y la suciedad que se ha acumulado en las hojas. Si son muy finas, pulverízalas con agua.
• Recorta las puntas de las hojas secas.
Ahogamiento por exceso de riego
¿La persona a la que le encomendaste tus plantas en tu ausencia ha utilizado la regadera con más frecuencia de la necesaria?
Si es así, encontrarás la tierra empapada y con verdín en la superficie, las hojas lacias o con manchas marrones por el ataque de hongos, nuevos brotes caídos, tallos blandos y frágiles, señales de podredumbre en las raíces…
Este problema tiene peor solución que el anterior, pero merece la pena intentar la cura.
- Extrae la planta de la maceta con cuidado de no dañar las raíces.
- Envuelve el cepellón con papel de cocina para que absorba el exceso de agua. Déjalo así hasta que se evapore el líquido.
- Una vez seco el cepellón devuélvelo al tiesto con tierra nueva.
- No lo riegues hasta pasados unos días.
Césped
Siembra: Si tienes zonas con césped dañado, siembra nuevas semillas.
Aireación: Realiza una aireación para mejorar la oxigenación del suelo.
Abonado: Aplica un fertilizante específico para césped.
Arbustos y árboles
Poda: Realiza una poda de formación para mantener su forma y tamaño.
Riego profundo: Riega profundamente para asegurar que las raíces se hidraten bien.
La mejor medicina, la prevención
Para mantener las plantas sanas, lo principal es el equilibrio entre el agua que reciben y la temperatura.
El exceso de agua propicia la aparición de enfermedades criptogámicas que producen manchas en las hojas y podredumbre en las raíces y tallos, especialmente en las plantas de interior, cactus y crasas. Al menor síntoma deberás tratar la planta con el producto fitosanitario adecuado (consulta en nuestro centro de jardinería).
También es bueno limpiar el polvo de las hojas una vez cada 15 días. Se usa un paño humedecido con agua para las de gran tamaño. Si tienen hojas vellosas —Begonia rex, Saintpaulia— basta con pasar un pincel o cepillito suave y limpio.
Las flores no se deben mojar al regar ni pulverizar con agua.
Y el próximo verano…
Si ya has aprendido la lección y no quieres que tus plantas vuelvan a sufrir durante tus vacaciones, opta por un buen sistema de riego: maceteras con autorriego, conos porosos, dispensadores individualizados, geles, mantas de riego, etcétera.