Las dalias son una de las flores más espectaculares y versátiles del jardín. Originarias de México y declaradas flor nacional de aquel país, han conquistado jardines en todo el mundo gracias a su diversidad de formas, colores y tamaños.

Desde ejemplares compactos ideales para macetas hasta variedades gigantes con flores de más de 25 centímetros de diámetro, las dalias son sinónimo de vitalidad y color en los meses de verano y principios de otoño.

En este artículo repasaremos sus principales características, variedades y los cuidados esenciales para disfrutar de una floración abundante y duradera.

 

Características generales de las dalias

Las dalias pertenecen a la familia Asteraceae, la misma de girasoles, margaritas y crisantemos. Su nombre proviene del botánico sueco Anders Dahl, discípulo de Linneo.

Algunas de sus principales características son:

Crecimiento perenne con raíz tuberosa: aunque en climas fríos se cultivan como plantas anuales, los tubérculos se pueden guardar para replantar cada año.

Floración prolongada: desde mediados de verano hasta entrado el otoño, según la variedad y el clima.

Diversidad de formas: existen dalias simples, decorativas, cactus, pompón, bola, collarette, entre otras.

Amplia paleta de colores: prácticamente todos menos el azul puro. Hay dalias bicolores, jaspeadas y con degradados.

Altura variable: desde 30 cm en variedades enanas hasta más de 1,5 metros en dalias gigantes.

Además de su valor ornamental, las dalias son plantas muy atractivas para polinizadores, especialmente abejas y mariposas, lo que las convierte en una opción interesante para quienes buscan un jardín sostenible y biodiverso.

 

Variedades más populares

Con miles de híbridos registrados, las dalias ofrecen un abanico casi infinito de posibilidades. Algunas de las más populares en jardinería son:

Dalias decorativas: grandes, con pétalos anchos y vistosos. Son las clásicas de flor cortada.
Dalias cactus: con pétalos largos y estrechos, retorcidos en punta. Muy llamativas.
Dalias pompón: flores pequeñas y perfectamente redondeadas, muy elegantes en ramos.
Dalias enanas o de borde: compactas, ideales para macetas y borduras.
Dalias collarette: con un anillo central de pétalos más pequeños de color contrastado.

Dalia Pompón

La elección dependerá del espacio disponible y del uso previsto: jardín ornamental, flor cortada o cultivo en maceta.

 

Condiciones de cultivo

Luz y ubicación

Las dalias requieren pleno sol para florecer abundantemente. Lo ideal es al menos 6 horas de luz solar directa al día.

En zonas muy calurosas, un poco de sombra ligera por la tarde puede ayudar a prolongar la floración.

Suelo

Prefieren suelos fértiles, profundos y bien drenados. Un sustrato demasiado arcilloso puede provocar pudriciones en los tubérculos, mientras que uno demasiado arenoso necesitará más riegos. El pH ideal está entre 6,5 y 7,5.

Plantación

Los tubérculos se plantan en primavera, cuando ya no hay riesgo de heladas.

Se entierran a unos 10-15 cm de profundidad, con la parte del tallo hacia arriba.

La distancia de plantación depende de la variedad: de 30 cm en dalias enanas a 60-80 cm en variedades altas.

 

Cuidados básicos

Riego

Las dalias necesitan un riego regular, pero sin encharcar.

  • Mantén el sustrato húmedo, especialmente en verano.
  • Evita mojar las flores para reducir riesgos de hongos.
  • En climas cálidos, lo ideal es regar a primera hora de la mañana o al atardecer.

Abonado

Son plantas exigentes en nutrientes.

Aplica un abono orgánico al inicio del cultivo (compost o estiércol bien descompuesto).

Durante la floración, utiliza un fertilizante rico en fósforo y potasio, evitando excesos de nitrógeno, que favorecen hojas grandes pero pocas flores.

Poda y mantenimiento

  • Retira flores marchitas para estimular nuevas floraciones.
  • Puedes despuntar los tallos jóvenes para que la planta se ramifique más.
  • En flor cortada, corta siempre por encima de una hoja con brotes laterales.

 

Plagas y enfermedades comunes

Las dalias pueden verse afectadas por algunas plagas habituales en verano:

  • Pulgones: deforman brotes tiernos. Se pueden controlar con jabón potásico.
  • Araña roja: aparece en ambientes secos; provoca manchas amarillentas en hojas.
  • Trips: dañan pétalos y hojas, reduciendo el valor ornamental.
  • Caracoles y babosas: atacan brotes jóvenes.

Entre las enfermedades más comunes están el mildiu, oídio y la podredumbre de tubérculos por exceso de agua.

La prevención con un buen drenaje y ventilación es esencial.

 

Usos ornamentales

Las dalias son muy apreciadas en:

Jardines ornamentales: como macizos, borduras o protagonistas de parterres.
Flor cortada: duran entre 5 y 7 días en jarrón si se cortan en el momento adecuado.
Cultivo en maceta: especialmente las variedades compactas, ideales para balcones y terrazas.

 

Las dalias son una joya del jardín: vistosas, variadas y relativamente fáciles de cultivar si se les proporcionan sol, riego regular y un suelo fértil.

Con una planificación mínima y algo de atención, regalan meses de color y alegría, convirtiéndose en protagonistas indiscutibles del verano y el inicio del otoño.

Además, su diversidad de formas y tamaños permite adaptarlas a cualquier espacio, desde un jardín amplio hasta un pequeño balcón urbano.

Y con la ventaja añadida de que, si se guardan los tubérculos, podremos disfrutar de ellas año tras año.