El jacinto es una planta muy conocida y utilizada para la decoración de jardines e interiores.

Se pueden ver numerosas variedades de distintos colores (rojo, amarillo, blanco, rosa…) y algunas de ellas tienen flores que pueden llegar a medir entre 10 y 15 cm de largo.

El jacinto nos deleita con una flor exuberante que nos hará disfrutar con su fragancia y vistosos colores. Florece en racimo, en forma de una preciosa espiga formada por numerosas florecitas.

Ubicación

Si estás buscando un lugar adecuado para ubicar tus jacintos en el jardín, ten en cuenta que le gusta tener suficiente luz solar, pero sin estar expuesto a pleno sol durante horas y horas.

En el jardín esta planta tiene un sinfín de utilidades: puedes plantarla para crear borduras o también para formar parte de arriates muy coloridos.

Si lo vas a cultivar como planta de interior, entonces lo mejor es elegir una habitación luminosa para colocarlo.

En cuanto a la temperatura, si quieres que florezca mucho mejor no le prives de pasar una temporada en un entorno de bajas temperaturas.

Sustrato

Hay un rasgo del jacinto que comparte con muchísimas variedades de plantas: no soporta el encharcamiento del terreno en el que está plantado.

Por eso le gustan los suelos ligeros, porosos, muy bien drenados y que no se encharquen.

Es conveniente que los plantes en un terreno rico en nutrientes: el humus, por ejemplo, es una buenísima opción.

Riego

El jacinto necesita que lo riegues con frecuencia, pero aportándole poco agua. Es muy importante que no encharques el terreno o el sustrato de la maceta, ya que se trata de una planta sensible a los hongos y a la pudrición del bulbo.

Se ha de regar el jacinto mientras tenga hojas verdes y esté en floración. Una cosa que le gusta a esta planta es que la humedad ambiental sea del 70-80%, aunque no conviene pulverizar sus hojas.

Plagas y enfermedades

No es una planta especialmente sensible al ataque de las plagas, aunque puede verse afectada por gusanos. Estos atacan especialmente al bulbo y provocan unas manchas marrones pequeñas y redondas en las hojas.

También atacan al jacinto los nematodos de los bulbos (Ditylenchus dipsaci), que podrás detectar si tus plantas muestran partes parduscas e hinchadas. La solución pasa por eliminar las partes infectadas, o la planta entera si está invadida. Conviene evitar plantar nuevos bulbos en ese terreno durante un tiempo.

En cuanto a las enfermedades, la más habitual es la podredumbre de los bulbos (Sclerotinia bulborum): las hojas amarillean, los bulbos se pudren y la planta muere rápidamente. Para prevenir esta y otras enfermedades puedes espolvorear los bulbos de jacinto con un fungicida antes de plantarlos.

Cómo conservar los bulbos de jacinto

Un bulbo de jacinto no dura solamente una temporada, sino que se puede conservar durante dos o tres años. Más allá de este tiempo, comenzará a debilitarse y las flores serán cada vez más pobres. Pero puedes mantenerlos hasta tres años sin problema.

Para ello lo que debes hacer, una vez tus jacintos hayan terminado su periodo de floración, es cortar el tallo floral y esperar a que las hojas se marchiten para cortarlas a ras de tierra y desenterrar los bulbos. Límpialos y guárdalos en en un lugar fresco y seco con la punta hacia arriba. Podrás plantarlos el siguiente otoño.

Ven a nuestro centro de jardinería y encontrarás jacintos y todo lo que necesitas para su cuidado. ¡Te esperamos!