1 Oct, 2019 | Plantas y Jardín
¿Sabes cómo se consiguen esos brotes para ensalada tan tiernos y suaves? La respuesta está en las siembras de alta densidad: ¡15.000 semillas por metro cuadrado!
Es un tipo de cultivo muy sencillo, que se puede practicar a lo largo de todo el año dentro o fuera de casa, y que permite recolectar en pocas semanas estas ricas, siempre frescas y muy saludables verduras.
Además, ahora puedes encontrar las semillas en kits junto con el sustrato abonado.
Si te gustan las ensaladas de hojas tiernas (las que encuentras en el supermercado como baby leaves o baby greens) y la comida saludable, ¿a qué esperas para cultivarlas en casa?
Puedes hacerlo todo el año, de puertas adentro o al aire libre, en tu terraza, tu jardín o tu huerto. No necesitas mucho espacio y en menos de cuatro semanas puedes empezar a cosecharlas y consumirlas.
Abarcan varios tipos de lechugas rojas y verdes de diferentes texturas, formas y sabores, rúcula, acelga, espinaca e incluso aromáticas como la albahaca y cebollino en las mezclas gourmet. Un saludable tesoro vegetal.
Los llamados kits de cultivo fácil hacen todavía más sencillo obtener en casa estas verduras, ya que no solo contienen los sobres de semillas sino también el medio de cultivo (fibra de coco deshidratada) mezclado con abono natural (guano) y perlas de geohumus en su justa proporción para conseguir la densidad necesaria —más de 15.000 plantitas por metro cuadrado—, que será lo que asegure una producción de hojas verdes de estas características.
La cantidad de semillas, repartida en tres sobres para una siembra escalonada, alcanza para una producción continua a lo largo de tres meses y hasta tres metros cuadrados de superficie de cultivo: ¡como para unas cien ensaladas!
Los brotes se pueden empezar a cosechar a partir de la cuarta semana de la siembra.
DE LA SIEMBRA AL PLATO
Paso 1. Delimita un espacio de un metro cuadrado en el suelo o en un contenedor de huerto urbano, expuesto al sol o en semisombra.
Labra la tierra hasta conseguir una textura fina, sin terrones ni restos de cultivos anteriores para facilitar el desarrollo de las raíces.
Si vas a utilizar un contenedor, cubre el fondo con sustrato específico para huerto (lo encontrarás en tu centro de jardinería).
Con la ayuda de un pequeño rastrillo alisa la superficie.
Paso 2. Mezcla el contenido de un sobre de semillas del kit con el de una bolsa de sustrato y extiende esta mezcla sobre la tierra alisada.
Debes enterrar ligeramente la mezcla (unos 4-5 milímetros) para que queden cubiertas las semillas visibles en la superficie.
Paso 3. Riega la siembra en forma de lluvia suave con una regadera con florón.
El sustrato debe mantenerse húmedo a lo largo de cuatro días para que la fibra de coco del sustrato permanezca hidratada y pueda favorecer la germinación de las pequeñas semillas.
Una vez que nazcan las plántulas debes continuar regando de forma frecuente; no dejes que la tierra se seque, pero tampoco la encharques.
La cosecha. Al cabo de cuatro semanas (aproximadamente, ya que influyen la temperatura y la humedad) las hojitas ya se pueden consumir.
Córtalas a dos centímetros del suelo. Rebrotarán al cabo de 4-5 días y podrás volver a cosechar brotes tres semanas después.
La operación se puede repetir entre tres y cuatro veces.
¿Quieres una producción constante? La siembra escalonada te permitirá contar con una producción continua de hojas tiernas.
Los kits constan para ello de otros dos sobres de semillas, que se pueden sembrar una semana y 15 días después del primero, en otros dos metros cuadrados de terreno.
2 Sep, 2019 | Plantas y Jardín
No solo depende del cristal con que se mire, también cuenta de lo que te rodeas.
No dejes que tu vuelta a casa y al trabajo te prive de ver la vida en colores.
Rodéate de plantas y haz que la naturaleza esté donde tú la pongas!
Visita nuestro Centro de Jardinería Sánchez y alarga la sensación de tiempo libre.
7 Jul, 2019 | Complementos jardín, Plantas y Jardín
Con el verano, además del sofocante calor llegan los molestos mosquitos. Hay diversas maneras de deshacerse de estos molestos visitantes veraniegos.
Hoy te proponemos algunas maneras totalmente ecológicas, naturales y efectivas de ahuyentar a los molestos mosquitos.
PLANTAS ANTIMOSQUITOS
Melissa officinalis
Esta planta tiene una hoja parecida a la menta pero un poco más redondeada y con olor a limón, que repele a los insectos.
La Melissa es una planta que se utiliza para uso culinario y también medicinal.
Albahaca minimum
Esta planta es una variedad de la albahaca culinaria o basílico, por lo que tiene el sabor y olor de la albahaca pero con una hoja mucho más pequeña. Es una planta anual.
También encontramos un olor cítrico que repele a los mosquitos.
Geranio antimosquitos
Esta variedad de geranio (Pelargonium graveolens) se caracteriza por su intenso olor a limón. Esto se debe a cierto contenido que tiene la planta en citronelol, uno de los principales ingredientes del aceite de citronela.
Esta esencia contenida también en la melissa y la albahaca es la principal responsable de que los mosquitos se mantengan alejados de la planta así como de las personas cercanas a la misma.
En lo que se refiere a su mantenimiento, estamos ante una planta muy fácil de cuidar.
Cuidados de las plantas antimosquitos
En general, las plantas antimosquitos son fáciles de cuidar. Sus cuidados básicos son:
Exposición
Necesitan mucha luz. La albahaca minimun, concretamente, necesitaría una semisombra, las demás deben estar al sol unas cuatro horas mínimo al día.
Si cultivamos plantas antimosquitos en el interior, deberíamos buscar una ubicación muy luminosa.
Riego
Las plantas aromáticas y culinarias (que es lo que son la mayoría de las plantas antimosquitos), no necesitan mucha agua para vivir. No obstante, en verano, conforme las temperaturas aumentan, también deberán aumentar la frecuencia de riego, sobretodo si está cultivada en maceta ya que el cepellón se seca mucho antes.
Abono
Es recomendable abonar con un abono específico para las plantas aromáticas y culinarias.
Plagas y enfermedades
Si aparecen plagas o enfermedades en nuestras plantas culinarias y tenemos que tratarlas con un insecticida o funguicida, siempre deberemos dejar unos días o unas semanas antes de recoger la hoja para consumirla.
El plazo dependerá del tiempo que estemos aplicando el fitosanitario a la planta. Esto nos viene indicado en la etiqueta. Técnicamente se conoce como plazo de seguridad.
OTROS REMEDIOS ANTIMOSQUITOS
Espirales antimosquitos
Existen espirales antimosquitos (como las que tenemos a la venta de la casa Zum) que son ideales para poder estar en el exterior, ya sea la terraza o el jardín de una manera lo más tranquila posible.
Es un producto nada molesto que desprende un olor que evita que los mosquitos detecten nuestra presencia. Por esta razón se llaman espirales invisibilizadoras. En resumen, los mosquitos no nos huelen, por lo que no nos pican.
Una espiral encendida tiene un efecto sobre unos 35 m2. Esta superficie nos permitirá disfrutar de una cena tranquilamente.
Aceite para antorchas antimosquitos
Se trata de un líquido que se usa para el encendido y alumbrado de antorchas, lámparas de aceite y quinqués, a la vez que protege de mosquitos. Adecuado para usar en el exterior: jardines o terrazas.
Este aceite lleva esencia de citronela, la cual actúa como repelente natural contra el mosquito común, mosquito tigre y otros insectos, proporcionando un agradable olor a limón en terrazas y jardines.
Gel antimosquitos
Este producto también lleva esencia de citronela, por lo que es otro remedio natural y efectivo para ahuyentar a los mosquitos y otros insectos de nuestra presencia.
En este caso se trata de un producto en forma de gel, que aporta un ambiente sano y agradable y que perdura durante horas. Se puede utilizar tanto en interior como en exterior.
Es muy fácil y limpio de utilizar. Solo tenemos que abrir la tapa y dejar que el producto se volatilice haciendo su efecto.
Todos estos remedios naturales y efectivos los podrás encontrar en nuestro Centro de Jardinería Sánchez. ¡y líbrate de los molestos mosquitos este verano!
17 Feb, 2019 | Plantas y Jardín
Plantas bulbosas es el nombre de las especies cuyo órgano de reserva es subterráneo y tiene la capacidad de emitir hojas y flores, es decir, de generar una nueva planta.
La principal baza que nos aportan los bulbos es su gran colorido e increible floración. Entre los bulbos de primavera podemos encontrar gran variedad de flores, todas ellas con unas formas realmente vistosas y muy originales.
Se pueden enterrar directamente en parterres y jardineras, pero también en macetas y tiestos colgantes; algunos incluso brotan en agua. Como plantas solitarias son únicas.
En el jardín pueden plantarse solas o en grupos, entre arbustos, en macizos, a pleno sol o bajo la copa de los árboles.
Bulbos de plantación otoño-invierno y primavera
Desde principios del otoño hasta noviembre procede plantar los bulbos que florecerán en primavera, para darles tiempo a arraigar y desarrollar las flores.
Desde finales del invierno hasta bien entrada la primavera florecen, además de los populares tulipanes, jacintos y narcisos, los Allium (lágrimas de la Virgen), las anémonas, el muguet, los crocus, fritilarias, Galanthus nivales, muscaris, ranúnculos o francesillas, y escilas.
Desde finales de abril hasta junio se plantan los bulbos que darán flor en verano: agapantos, amarilis, begonias tuberosas, cañas de las Indias, dalias, gladiolos, azucenas, nardos y Ornithogalum umbellatum (estrellas de Belén).
¿Cómo escoger los bulbos?
Comprar bulbos es una buena inversión, ya que no sólo florecen una vez, sino año tras año en la misma época, hasta que se agotan.
Lo ideal es comprarlos según aparezcan en los centros de jardinería y no esperar a las últimas ofertas.
Deben tener un aspecto sano, compacto al tacto y sin roturas del ápice u otras partes. Escoge los de mayor tamaño, con puntos de desarrollo fuertes.
Las raíces no deben asomar ni deben estar ya brotados.
Descarta los que presenten en la superficie restos de polvillo blanco o azulado: son síntomas de enfermedades fúngicas.
Cómo cultivar bulbos
Los bulbos crecen bien en una tierra suelta, ligera, con buen drenaje y rica en materia orgánica y humus.
Son muy sensibles al exceso de agua, ya que puede provocarles pudrición. Pero necesitan riego regular, sobre todo si están en una maceta; el sustrato no debe secarse. Es mejor regar la tierra sin que el agua moje
Riega a primeras horas de la mañana o al atardecer; no en las horas de más sol. No hay que mojar las flores. De ahí que no sea recomendable regar con aspersores o difusores, sino con goteo o manguera, localizando el agua al pie de la planta.
Debe escogerse el emplazamiento según la especie, aunque en general prefieren el sol.
Algunas bulbosas de primavera gustan más de los lugares sombreados, como los jacintos y algunas variedades de narcisos.
La profundidad de plantación es particularmente importante, sobre todo cuando se planta en masa. Un pequeño error de profundidad en la plantación de algunos ejemplares se traducirá en una zona desnuda porque los bulbos no florecerán.
Los mejores efectos se consiguen agrupando bulbos de la misma especie y color, formando masas.
El abonado de las plantas bulbosas
Si vas a plantar bulbos para una sola temporada, no es imprescindible abonar, pues ellos traen su propio abastecimiento de alimento.
No obstante, si se encuentran con un suelo rico, será una garantía de que dispondrá de los nutrientes necesarios para una gran floración y engorde del bulbo, rizoma u órgano de que se trate.
Prepara el terreno realizando un abonado orgánico (mantillo, compost, turba, etc.) a razón de 1 carretilla por cada 10 m2 y entiérralo cavando a unos 25 cm. de profundidad mezclando bien con la tierra.
Se puede aportar 10 gr/m2 de un fertilizante complejo a partir de la primera hoja o un fertilizantes de lenta liberación antes de plantar, o un mes antes de la floración, momento en el que la planta está en pleno proceso de engorde del bulbo, cormo, tubérculo o rizoma.
Después de la floración es el período de crecimiento del bulbo, por tanto es bueno adicionar nutrientes para ayudar a su mejor desarrollo.
En macetas es importante el fertilizante químico. Se puede utilizar un fertilizante foliar completo cada 15 días.
¿Por qué no florecen algunos bulbos?
En ocasiones puede ocurrir que los bulbos no florezcan. Pueden haber diferentes razones:
- Porque se han plantado muy juntos, o en una época o a una profundidad inadecuadas.
- Por falta de riego durante el desarrollo.
- Por almacernarlos de forma incorrecta, o por sufrir alguna enfermedad.
- Por haberles cortado las hojas antes de marchitarse.
En Centro de Jardinería Sánchez tenemos todo lo que necesitas para disfrutar de estas hermosas plantas durante prácticamente todo el año.
Aquí encontrarás bulbos para plantar, herramientas adecuadas para su plantación y abonos y fertilizantes específicos. Y por supuesto, del consejo experto de profesionales.
Te esperamos.
22 Ene, 2019 | Complementos jardín, Plantas y Jardín
El compostaje es la elaboración de un abono de elevada calidad (compost) a partir de materia orgánica. Es un proceso biológico, en el que intervienen microorganismos del suelo, principalmente hongos, bacterias y actinomicetes.
Si tienes un jardín o una terraza con sombra, puedes tener un compostador (existen muchos modelos diferentes), para empezar sólo tienes que añadir estructurante en la base (ramas, hojas…) e ir depositando encima los restos de comida, vegetales, etc.
Sólo necesitas echarle un ojo de vez en cuando para que no se compacte o no se seque.
Cuando pasen unas cuantas semanas obtendrás un abono de mucha calidad, exactamente igual que el que compras en los viveros para las plantas.
¿Merece la pena compostar en casa? La respuesta es un SÍ rotundo, debido a los muchos beneficios del compostaje. Vamos a considerarlos a continuación:
Fertiliza y reduce las plagas en los jardines
Además de los importantes micronutrientes que el compost ofrece, el mismo actúa como un fertilizante natural de acción lenta y un pesticida natural. Esto también evita que los escapes tóxicos dañinos se filtren en nuestros abastecimientos de agua.
Neutraliza el suelo
Agregar compost al suelo evita que se vuelva demasiado ácido, o demasiado alcalino. Esto conlleva a un suelo generalmente perfecto para el crecimiento de la mayoría de las plantas de jardín.
El compost tiene la capacidad de estimular los grupos de partículas en el suelo, los cuales conforman una estructura saludable para este.
Cuando agregamos compost a los suelos, también estamos aumentando la cantidad de espacios y canales de aire entre estructuras de suelo independientes, permitiendo que el suelo retenga aire, agua y nutrientes importantes.
Menor erosión
Agregar compost a los suelos evita que estos se erosionen. Este es un dato importante si tomamos en cuenta que la mayoría de los suelos han agotado su existencia de nutrientes.
Nuestras fuentes de agua se ven amenazadas cuando el suelo se erosiona, debido a que los suelos cargados de pesticidas y fertilizantes contaminantes se desplazan hacia los lagos, lagunas y manantiales.
El compost aumenta la capacidad del suelo de albergar los sistemas de raíces que evitan este desplazamiento, al igual que la capacidad de mantener el agua.
De hecho, un aumento del 5% del material orgánico (compost) puede aumentar hasta cuatro veces la capacidad de absorción de agua.
Reduce el vertedero de desechos
Un estimado publicado recientemente por la Agencia de Protección Medioambiental (EPA por sus siglas en inglés) predice que se habría podido utilizar en el compost hasta una cuarta parte de todo el desecho en vertedero.
Es sorprendente pensar que un cuarto de nuestro desecho se podría haber convertido en suelo rico en nutrientes. Esto nos lleva a la siguiente razón de porqué debemos realizar compost.
Reducción en las emisiones de gases invernadero
Utilizar el compost reduce la cantidad de gases de calentamiento creados por materiales orgánicos presentes en nuestros vertederos.
La EPA estima que los landfills por sí solos son los mayores emisores de gases metano tóxicos. ¡Los niveles de metano en nuestro planeta se reducirían considerablemente si todos hicieran compost!!
Hacer compost mejora la calidad general del aire
En lugar de quemar la basura del jardín (las hojas secas, ramitas y ramas), muchos jardineros están probando el compost como una alternativa beneficiosa para el aire.
Quemar esta basura del jardín en latones de basura puede liberar dioxinas tóxicas hacia el aire, provocando la aparición de síntomas de asma, reacciones alérgicas y en sentido general un aire tóxico.
Incentiva la biodiversidad
Se sabe que la utilización de compost en nuestros suelos incentiva la diversificación y sostenibilidad de muchas formas de vida. Los suelos que tienen compost son más ricos en los nutrientes que la madre naturaleza ofrece a sus criaturas; desde aves hasta bacterias, hongos a insectos y gusanos.
Además, mientras más tipos de vida existen en el suelo, más saludables y alegres crecen las plantas debido a que el suelo posee más aire.
Ahora bien. Una vez vistos los muchos beneficios de compostar, puede que te vengan a la mente algunas preguntas como ¿qué hace falta para hacer compost? ¿es necesario un compostador? ¿Qué se puede compostar y qué no?
Vamos a contestar una por una estas preguntas:
¿Qué se necesita para hacer compost?
Un compostador de plástico reciclado y reciclable. Una herramienta para remover el compost, según convenga, de una medida en consonancia con las dimensiones del compostador.
Unas tijeras de podar para cortar las ramas pequeñas que se echan como material estructurante. Una pala para extraer el compost maduro.
¿Porqué utilizar un compostador?
Es evidente que se puede hacer compost fuera de un compostador, como se ha hecho toda la vida en los estercoleros, pero lo más común es no disponer de tanto terreno como el que necesitan otros sistemas, como las pilas o las plantas de compostaje.
En un compostador estará más resguardado de las inclemencias del tiempo (sol, lluvia, viento) y no se resecará ni humedecerá, por lo tanto, no hará falta prestarle demasiada atención ni dedicación especiales.
Además, no se derrochará agua para regarlo cuando esté seco. Visualmente no causará ningún impacto a los miembros de la familia más reticentes en ver tantos organismos en constante actividad.
Se puede instalar el compostador en cualquier lugar, sin que pueda molestar a lo vecinos.
Los compostadores son baratos y te duran para toda la vida. Hay de muchos tipos, según tus necesidades, espacios y gustos.
La mejor ubicación del compostador
Siempre en contacto directo con la tierra y, por comodidad, que sea un lugar cercano a la cocina.
Se ha de procurar que no reciba demasiada insolación para no tener que regarlo nunca. Si se coloca a la sombra, mejor. Se necesitan entre 50 cm y 1 metro por los lados para poder extraer el compost maduro con comodidad.
Lo que se puede compostar
- Restos de fruta y verdura.
- Flores, hojas y plantas verdes o secas
- Cáscaras de huevo chafadas
- Césped
- Yogures y zumos de fruta caducados
- Restos de poda trituradas
- Tapones de corcho y papel de cocina
- Cenizas y serrín de madera natural
- Aceite y vinagre de aliñar
- Restos de cosecha del huerto
- Poso de café y restos de infusiones
- Estiércol de animales de granja y paja
Lo que no se puede compostar
- Pescado, carne y huesos, hasta que se esté habituado al proceso de compostaje (olores)
- Plantas o frutos enfermos y/o grandes cantidades de vegetales podridos
- Estiércol de animales domésticos o humanos (patógenos)
- Cenizas o serrín de maderas tratadas o aglomerados (colas, barnices)
- El resultante de barrer (metales pesados)
- Evidentemente, cualquier material que no sea orgánico o biodegradable
En Centro de Jardinería Sánchez encontrarás compostadores, aceleradores de compost y también compost a granel.
11 Ene, 2019 | Plantas y Jardín
¡Ya está aquí la planta del mes de enero! Nos referimos a la Kentia.
La palmera Kentia (Howea forsteriana) es una planta de interior con una pequeña base desde la cual sus
delgados tallos crecen portando sus suaves y elegantes hojas de palma.
Es una de las pocas palmeras que viven con poca luz y humedad, preferiblemente en habitaciones
frescas.
La Kentia es también una atractiva planta decorativa, dejando pasar la luz de forma especial entre
sus hojas.
Origen
La Kentia es miembro de la familia de las palmáceas. Crece en la isla Lord Howe al este de Australia entre
el follaje de grandes árboles, por lo que está más que acostumbrada a recibir poca luz.
En estado salvaje, la Kentia puede llegar a alcanzar una altura de 18 metros y una anchura de 6 metros, con largas hojas de
unos 3 metros. Sin embargo, las variedades cultivadas responden a escalas más modestas.
Cuidados básicos
La Kentia es una de las pocas palmeras que toleran bastante bien las estancias poco iluminadas.
Si las hojas pasan del color verde pálido al amarillo, significa que está obteniendo demasiada luz.
Si se desarrollan pocos brotes verdes quiere decir que la Kentia está situada en un lugar
demasiado oscuro.
Se siente más cómoda con el sustrato ligeramente húmedo, pero al mismo tiempo no debe de estar
tan mojada como para que haya agua al fondo de la maceta.
Poniéndola bajo la ducha o situándola bajo una lluvia ligera ayudaremos a la Kentia a refrescarse y
a prevenir la plaga de la araña roja.
Le encanta que rocíes con agua pulverizada sus hojas.
Puedes retirar las hojas amarillas, viejas o feas de tu Kentia.
A la Kentia le gusta mantenerse a temperatura ambiente, por debajo de 10 ºC hace demasiado frío
para ella.
Puedes abonarla cada quince días entre abril y septiembre para asegurar su crecimiento. Durante
el invierno la planta no crece, y por lo tanto no necesita abono.