30 Oct, 2025 | Plantas y Jardín
Cuando el verano empieza a ceder su reinado y los días se acortan, el jardín busca desesperadamente un toque de color que desafíe la llegada del otoño.
Es en este momento cuando los Ásteres, esas margaritas estrelladas que parecen capturar la esencia misma del cielo crepuscular, se convierten en las auténticas protagonistas.
Conocidos como «margaritas de otoño», estas plantas perennes ofrecen una explosión de color y vitalidad cuando muchas otras flores comienzan su letargo.
En este artículo, exploraremos sus características más destacadas y los cuidados esenciales para que brillen en tu jardín.
Características principales
El nombre «Aster» proviene del griego y significa «estrella», una descripción perfecta para sus flores compuestas por multitud de finos pétalos que irradian desde un centro común, generalmente amarillo. Pertenecen a la familia de las Asteráceas y su variedad es asombrosa: existen más de 600 especies y un sinfín de cultivares.
Floración tardía: Su principal atractivo es su época de floración, que se extiende desde finales de verano hasta bien entrado el otoño, proporcionando una fuente crucial de néctar para abejas, mariposas y otros polinizadores en una época de escasez.
Gama de colores: Aunque los tonos púrpura, lila, rosa y blanco son los más clásicos, hoy en día podemos encontrar ásteres en una paleta que incluye rojos, azules y combinaciones bicolores.
Porte y tamaño: La diversidad no termina en el color. Existen variedades enanas, perfectas para bordillos o macetas, que no superan los 30 cm de altura, y otras especies altas (como el Aster novae-angliae) que pueden alcanzar fácilmente los 1,5 metros, ideales para la parte trasera de los macizos.
Cuidados esenciales
A pesar de su apariencia delicada, los ásteres son plantas resistentes y de bajo mantenimiento una vez establecidas. Siguiendo estos consejos, garantizarás su salud y una floración espectacular año tras año.
Ubicación y luz
Los ásteres son amantes del sol. Para conseguir la floración más abundante y una planta compacta, es fundamental plantarlos a pleno sol. Aceptan la sombra parcial, pero en estas condiciones tenderán a crecer de forma más desgarbada y a producir menos flores.
El suelo: el secreto del éxito
Prefieren un suelo fértil y con un drenaje excelente. Este es, quizás, el punto más crítico. No toleran los suelos encharcados, especialmente durante el invierno, ya que esto provoca la pudrición de las raíces. Si tu tierra es arcillosa y pesada, enmiéndala generosamente con compost y arena para mejorar su textura y permeabilidad.

Riego: el equilibrio es la clave
Mantén el suelo consistentemente húmedo, especialmente durante los periodos de crecimiento activo y floración. Sin embargo, evita los excesos. Es mejor regar en profundidad y dejar que la capa superior del suelo se seque ligeramente entre riego y riego. Una vez establecidos, son relativamente tolerantes a breves periodos de sequía.
Poda y entutorado
Poda de formación (Pinzado): Para fomentar una planta más tupida y cargada de flores, realiza un pinzado a finales de la primavera o principios del verano. Consiste en cortar las puntas de los tallos principales unos 5-7 cm. Esto incentivará el desarrollo de brotes laterales.
Entutorado: Las variedades altas suelen necesitar soporte, ya que sus tallos pueden doblarse o romperse con el viento o la lluvia. Coloca tutores a principios del verano para sostener la planta de forma discreta.
Despunte (Deadheading): Retirar las flores marchitas regularmente estimulará la producción de nuevos botones florales y prolongará la floración. Al final del otoño, puedes cortar la planta a ras de suelo.
División: mantén tus Ásteres jóvenes y vigorosos
Los ásteres son plantas de crecimiento vigoroso que forman matas grandes. Con el tiempo, el centro de la mata puede empezar a debilitarse y morir. Para rejuvenecerlas y controlar su expansión, es recomendable dividirlas cada 2 o 3 años a principios de la primavera, justo cuando comienzan a brotar. Desentierra la mata, divídela en varias secciones con raíces sanas y vuelve a plantar.
Problemas comunes
Estén atentos al oídio, un hongo que aparece como un polvo blanco en las hojas. Para prevenirlo, asegura una buena circulación de aire alrededor de las plantas y riega a nivel del suelo, evitando mojar el follaje.
En resumen, los ásteres son imprescindibles para cualquier jardinero que desee un espectáculo de color y vida cuando el año toca a su fin.
Con unos cuidados sencillos pero consistentes, estas «estrellas» del jardín te recompensarán generosamente, llenando de alegría los días más cortos y conectando tu espacio verde con el zumbido vital de los últimos polinizadores de la temporada.
6 Oct, 2025 | Plantas y Jardín
Mantener plantas de interior saludables no exige conocimientos botánicos especializados. La mayoría de problemas derivan de errores comunes perfectamente evitables una vez identificados.
Comprender las necesidades reales de las plantas y los factores que las perjudican constituye la base fundamental para su correcto cuidado.
Los errores más frecuentes y cómo reconocerlos
Exceso de riego
El exceso de riego encabeza la lista de causas de muerte en plantas de interior. Muchos cuidadores bien intencionados riegan siguiendo un calendario estricto sin considerar que las necesidades hídricas varían según la estación, el tipo de planta y las condiciones ambientales. Cuando regamos en exceso, las raíces se pudren por falta de oxígeno en el sustrato encharcado.
Las señales son hojas amarillas que caen fácilmente, un olor desagradable en la tierra y, en casos avanzados, tallos blandos y oscurecidos. La solución pasa por comprobar siempre la humedad del sustrato introduciendo el dedo unos centímetros antes de regar nuevamente.
Por el contrario, la falta de riego produce hojas marchitas, crujientes o que se enrollan sobre sí mismas intentando conservar humedad. Aunque algunas plantas se recuperan tras un riego profundo, el estrés hídrico repetido las debilita considerablemente y las hace más vulnerables a plagas y enfermedades.
Luz inadecuada
La luz inadecuada presenta dos caras problemáticas. El exceso de luz solar directa quema las hojas, dejando manchas marrones o blanquecinas permanentes, mientras que la falta de luz provoca un crecimiento débil y estirado, con tallos largos que buscan desesperadamente la fuente lumínica y hojas más pequeñas y pálidas de lo normal.
Observar cómo responde cada planta a su ubicación durante las primeras semanas nos dará pistas valiosas para ajustar su posición.
Cambios bruscos de temperatura
Los cambios bruscos de temperatura y las corrientes de aire son enemigos silenciosos. Colocar plantas cerca de radiadores, aires acondicionados o puertas que se abren frecuentemente en invierno causa estrés térmico que se manifiesta en caída repentina de hojas o marchitamiento.
Las plantas de interior prefieren temperaturas estables entre quince y veinticinco grados, sin fluctuaciones dramáticas.
Falta de humedad ambiental
La falta de humedad ambiental, especialmente durante el invierno con la calefacción encendida, provoca esas características puntas marrones en las hojas. Las plantas tropicales son particularmente sensibles a este problema, ya que en su hábitat natural disfrutan de humedad constante.
Claves para mantener plantas sanas
Para tener éxito con nuestras plantas de interior, debemos regar solo cuando el sustrato lo necesite, nunca por calendario.
Es fundamental proporcionar la luz adecuada según cada especie, evitando tanto el sol directo quemante como los rincones oscuros.
Mantener temperaturas estables alejando las plantas de fuentes de calor o frío extremo resulta esencial, así como evitar ubicaciones con corrientes de aire.
Aumentar la humedad ambiental mediante pulverizaciones, bandejas con guijarros húmedos o agrupando plantas ayuda enormemente, especialmente en invierno.
Utilizar sustratos de calidad con buen drenaje previene el encharcamiento, y limpiar regularmente el polvo de las hojas mejora su capacidad fotosintética.
La importancia de elegir plantas resistentes

Si estás comenzando o simplemente quieres minimizar el mantenimiento, escoger especies resistentes marca la diferencia entre el éxito y la frustración.
Los cactus y las plantas crasas son aliados perfectos para principiantes o despistados, ya que almacenan agua en sus tejidos y toleran largos períodos sin riego. El popular aloe vera, además de sus propiedades medicinales, requiere riego esporádico y soporta la luz intensa.
Otras opciones extraordinariamente resistentes incluyen la sansevieria o lengua de suegra, prácticamente indestructible con sus hojas verticales arquitectónicas, el pothos con sus largas enredaderas que toleran desde poca luz hasta espacios luminosos, y la zamioculcas o planta ZZ, que almacena agua en sus rizomas y puede pasar semanas olvidada. La cinta o malamadre perdona errores de principiante y además purifica el aire eficazmente.
Comenzar con estas especies resistentes no significa renunciar a la belleza o variedad. Al contrario, nos permite aprender los ritmos y necesidades de las plantas sin la presión de cuidados exigentes, construyendo confianza y conocimiento que luego podremos aplicar a especies más delicadas.
La clave del éxito no está en tener docenas de plantas exóticas, sino en conocer profundamente las que tenemos y elegir aquellas que se adapten a nuestro estilo de vida y condiciones de hogar.
2 Oct, 2025 | Agenda del jardín
Es tiempo de abonar, plantar, obtener esquejes, cosechar… Muchas de estas tareas verán sus frutos el año próximo.
Mientras, el otoño se luce en el follaje de oro de las caducifolias, las bayas, las flores de temporada…
TAREAS GENERALES DEL MES
Plantaciones, trasplantes, cambios de tiesto. Al igual que septiembre, octubre ofrece las condiciones climáticas ideales para plantar, y trasplantar de suelo a suelo si la especie lo resiste, árboles y arbustos: caducifolios que ya han entrado en reposo, coníferas en cepellón (si quieres un seto debes plantarlo ahora), laureles, adelfas, madroños, olivos…
• En todos los casos es recomendable abrir los hoyos unos 15 días antes de plantar.
• No te olvides de comprobar el drenaje.
• Si plantas un árbol no dejes de entutorarlo, así resistirá mejor los embates del viento y crecerá bien.
Poda. Si no has recortado los setos y topiarios de coníferas y perennifolias en septiembre, hazlo ahora. Aprovecha para limpiarlos de ramas secas, desviadas o estropeadas. Hasta la próxima primavera no necesitarás podarlas de nuevo.
Abonado. Las plantas de flor de temporada —crisantemos, ásteres, tagetes, ciclámenes, agératos, coralillos, pensamientos, sédums, Bellis perennis— florecerán más tiempo si les brindas un fertilizante rico en potasio. Al césped, los ejemplares recién podados y el huerto les vendrá bien un aporte de abono orgánico (humus de lombriz, estiércol).
ÁRBOLES, ARBUSTOS Y TREPADORAS
Tiempo de plantar…
Si quieres tener un seto de coníferas o de cualquier otra perennifolia, este es un mes ideal para plantar los ejemplares. Si se presentan en cepellón, con más razón aún: octubre es el mes límite, caso contrario deberás esperar hasta mayo.
Este es también el momento ideal para plantar trepadoras como la Parthenocissus quinquefolia, que se pone roja en estos meses; también para obtener esquejes. En cambio deberás esperar al invierno para plantar la P. tricuspidata, ver.En la plantación debes proceder igual que con las demás leñosas.
Dales aceite mineral a los árboles
El aceite mineral evita que las plagas, que van a entrar en latencia, puedan desarrollarse la próxima primavera. Cepilla el tronco y las ramas antes de aplicarlo. Es importante repetir el tratamiento en invierno y a comienzos de la primavera para que sea más eficaz.
Podar, esquejar y plantar aromáticas
Pasada ya la floración de las lavandas y las salvias, conviene recortar las espigas y una parte del tallo para que conserven un porte compacto y no se vuelvan muy leñosas.

Con los restos de poda se pueden obtener esquejes. También es buen momento para plantar ejemplares nuevos en el suelo o en tiestos.
PLANTAS DE FLOR
Si quieres flores durante el otoño…
Las plantas de temporada —crisantemos, ásteres, ciclámenes, sédums, pensamientos, entre tantas otras de floración otoñal, y las anuales de verano que siguen dando flores hasta la llegada del invierno —tagetes, coralillos, agératos, geranios, aliso marítimo— necesitan algunos cuidados para florecer larga y abundantemente.
• Proporciónales abono para plantas de flor, rico en potasio.
• Mantenlas libres de malas hierbas, que compiten por el agua, los nutrientes y la luz.
• En las regiones donde empieza a hacer frío ya es momento de proteger las raíces de las más sensibles con mulching de mantillo (de paso aportarás matreia orgánica al suelo), corteza de pino, paja limpia…
• Pinza las flores secas para que sigan floreciendo durante varias semanas.
• Controla la aparición del oídio.
Planta los bulbos de primavera
Si en primavera quieres el jardín y la terraza llenos de tulipanes, jacintos, narcisos, muscaris, crocus… planta los bulbos ahora. Entiérralos entre plantitas de aliso marítimo, pensamiento, violeta, ciclamen…

• El sustrato. Es muy importante que drene bien, caso contrario los bulbos se pudrirán. Una tierra rica y con textura franco arenosa es lo adecuado.
• La posición. Los bulbos, en general, necesitan un sitio soleado.
• La plantación. Con un plantador de bulbos te resultará más fácil. La profundidad de plantación es clave: ten en cuenta las indicaciones de la etiqueta. El punto de brotación debe quedar hacia arriba.
• El riego. El sustrato no debe secarse, pero mucho cuidado con encharcarlo.
PLANTAS DE INTERIOR
Dales abono cada dos semanas
Continúa aportando a las plantas verdes de interior un fertilizante líquido rico en nitrógeno, disuelto en el agua de riego. Estimularás el crecimiento y conseguirás hojas más verdes. Hazlo cada 15 días sobre el sustrato húmedo. En noviembre deberás espaciar la aplicación de abono, ya que la actividad vegetativa de las plantas entrará en fase de reposo.
Espacia los riegos, pero procúrales humedad ambiental
A menos calor, menor necesidad de agua. En el caso de algunas especies debes dejar que la tierra se seque entre uno y otro riego. Pero sigue procurándoles humedad mediante pulverizaciones de agua destilada o desmineralizada, preferentemente (no mojes las flores). La mañana es el mejor momento del día para regarlas. Limpia las hojas de polvo: las lisas y grandes con un paño húmedo y las vellosas con un pincel suave.
EL HUERTO
En plena cosecha
• En torno al 29 de septiembre, día de San Miguel, se produce el “veranillo del membrillo”, en el que se inicia la recogida de estos frutos, pero también de kiwis y avellanas.
• Mientras, sigue la cosecha de nueces, kakis, granadas, algunas variedades de limones y las últimas manzanas y peras.
• Este mes alcanzan también su punto de madurez las grosellas negras (Ribes nigrum), uvas crispas (Ribes uva-crispa) y endrinas (Prunus espinosa). Espera un día soleado para cosecharlas. Si quieres obtener esquejes para multiplicar los ejemplares ahora es el momento.
• En el huerto podrás recoger ya las patatas tardías que plantaste al final de la primavera. Guárdalas en un sitio oscuro y fresco.
Siembras y plantaciones
• Limpia los bancales de restos de hortalizas agotadas y malas hierbas, remueve la tierra y mézclala con abono orgánico (un 5%, no más) y planta o siembra espinacas, coles, acelgas, puerros, rábanos, zanahorias…
EL CÉSPED
La hierba, lista para afrontar el frío
• Si no lo has hecho en septiembre este es un buen momento para pasar el escarificador: el agua, la luz y el aire penetrarán con mayor facilidad hasta las raíces gracias a los agujeros que se abrirán en la capa de hierba seca que se forma sobre la superficie; haz esta operación con el césped recién segado. Aplica abono orgánico a continuación y riega ligeramente.

• Las lluvias de otoño pueden propiciar la aparición de musgo, algas y líquenes sobre todo en las zonas más umbrosas de la pradera o donde la tierra está más compactada. El escarificado suele valer como método preventivo. Si detectas su presencia, aplica el fitosanitario preciso (pregunta en tu centro de jardinería); una vez seco, raspa la zona, escarifícala y resiembra aportando mantillo al mismo tiempo.
• Después del verano, el césped crece con mayor lentitud, de modo que ya no exigirá siegas tan seguidas; deja la hierba un poco más alta.
• También puedes reducir la frecuencia de riego.
• Mantenlo libre de hojas secas.
Y recuerda que en Jardinería Sánchez encontrarás todo lo que necesitas para el cuidado de tu jardín.
Te esperamos.