La Monstera: una joya verde para coleccionistas

La Monstera: una joya verde para coleccionistas

La Monstera deliciosa, comúnmente conocida como costilla de Adán, es una planta tropical que ha conquistado los corazones de los amantes de la jardinería interior.

Sus grandes hojas perforadas y brillantes la convierten en un elemento decorativo inigualable, capaz de transformar cualquier espacio. Pero más allá de su belleza estética, la monstera es una planta que encierra una fascinante historia y requiere cuidados específicos para lucir en todo su esplendor.

Características de la Monstera

Originaria de las selvas tropicales de Centroamérica, la monstera es una planta trepadora que en su hábitat natural puede alcanzar grandes dimensiones. Sus hojas juveniles son enteras y cordadas, pero a medida que la planta madura, desarrollan las características hendiduras y perforaciones que le dan su nombre.

Estas aberturas en las hojas tienen una función adaptativa: permiten que la planta resista fuertes vientos y lluvias sin sufrir daños.

Además de sus hojas llamativas, la monstera produce inflorescencias espádice, similares a las del espatifilo, que contienen pequeñas flores unisexuales. Aunque menos ornamentales que las hojas, estas flores pueden dar lugar a frutos comestibles, aunque con un sabor un tanto peculiar.

Por qué las Monsteras son tan apreciadas

La popularidad de las monsteras entre los coleccionistas se debe a varios factores:

  • Belleza exótica: Sus hojas grandes y esculturales aportan un toque tropical a cualquier interior.
  • Versatilidad: Se adapta a diferentes estilos de decoración, desde los más modernos hasta los más clásicos.
  • Facilidad de cuidado: Aunque requiere atención, no es una planta excesivamente exigente.
  • Variedad de especies: Existen numerosas especies y variedades de monstera, cada una con sus propias características.

Cuidados esenciales de la Monstera

Para disfrutar de una monstera sana y vigorosa, es importante proporcionarle los cuidados adecuados:

  • Luz: La monstera necesita mucha luz indirecta. Evita la exposición directa al sol, ya que puede quemar las hojas. Un lugar cerca de una ventana orientada al este o al oeste es ideal.
  • Temperatura: La temperatura ideal para la monstera oscila entre los 18 y los 25 °C. Tolera temperaturas más bajas, pero no las heladas.
    Humedad: Al ser una planta tropical, la monstera aprecia un ambiente húmedo. Puedes aumentar la humedad ambiental rociando las hojas regularmente con agua o utilizando un humidificador.
  • Riego: El riego debe ser moderado, evitando tanto el encharcamiento como la sequía. Riega cuando los primeros centímetros del sustrato estén secos.
  • Sustrato: Utiliza un sustrato rico en materia orgánica, bien drenado y ligeramente ácido.
  • Abonado: Abona tu monstera con un fertilizante líquido para plantas verdes cada 15 días durante la primavera y el verano.
  • Trasplante: Trasplanta la monstera a una maceta un poco más grande cada dos años, o cuando las raíces hayan llenado toda la maceta.

Plagas y Enfermedades

Las monsteras son plantas resistentes, pero pueden verse afectadas por algunas plagas y enfermedades comunes, como la cochinilla, la araña roja o el hongo oídio. Si detectas algún problema, trata la planta con un insecticida o fungicida específico lo antes posible.

Multiplicación

La monstera se puede multiplicar por esquejes de tallo o por división de la mata. Los esquejes deben tener al menos dos hojas y una yema. Plántalos en un sustrato húmedo y mantenlos en un lugar cálido y luminoso.

Consejos adicionales

  • Limpieza de las hojas: Limpia las hojas de tu monstera con un paño húmedo de vez en cuando para eliminar el polvo y permitir que respiren correctamente.
  • Soporte: A medida que la planta crece, necesitará un soporte para trepar, como un tutor o una pared de musgo.
  • Poda: Si tu monstera se vuelve demasiado grande, puedes podarla para controlar su crecimiento.

La monstera es una planta que combina belleza y facilidad de cuidado, lo que la convierte en una opción perfecta para decorar cualquier hogar. Si eres un coleccionista de plantas o simplemente buscas añadir un toque verde a tu espacio, la monstera es una excelente elección.

Con los cuidados adecuados, esta planta te acompañará durante muchos años, convirtiéndose en una verdadera joya de tu colección.

Prevención y tratamiento de la plaga del pulgón

Prevención y tratamiento de la plaga del pulgón

El pulgón es, junto a los ácaros, cochinillas y moscas blancas, una de las plagas que con mayor frecuencia sufren nuestras plantas, ya sean ejemplares de jardín como las especies de interior.

Pero este insecto no solo las debilita al absorber su savia, sino que además contagia enfermedades y atrae otras plagas, como las hormigas.

En este artículo vamos a conocer en detalle las características de esta plaga, las consecuencias de sus ataques y las formas de detección y tratamiento.

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EL PULGÓN, UNA DE LAS PLAGAS MÁS EXTENDIDAS

El pulgón es habitual en campos y jardines y puede formar auténticas colonias que envuelven los tallos y las hojas de las plantas.

Desde la primavera hasta el otoño deberás controlar las zonas en crecimiento de tus plantas y el envés de las hojas para detectarlos a tiempo.

Estos pequeños insectos (de 1 a 3 mm de longitud) pueden presentar diversos colores según la especie a la que pertenezcan: verdes, rojos, amarillos, negros… y aunque son muy pequeños son fáciles de detectar a simple vista.

La mayoría son polífagos, es decir, no tienen preferencia por una especie vegetal concreta.

Atacan a los brotes jóvenes de muchos tipos de plantas, tanto de exterior como de interior, especialmente a aquellos cultivos con alto contenido en azúcares: leguminosas (habas, guisantes, judías…), otras hortalizas como la patata o la col, verduras, frutales, plantas ornamentales (muy comunes en los rosales), etc.

A principios de la primavera, los huevos dan lugar a hembras sin alas que se reproducen por partenogénesis (un tipo de reproducción sexual que requiere un solo gameto) y, sin necesidad de un macho que las fecunde, pueden llegar a producir más de 150 crías.

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Dan lugar a generaciones de pulgones ápteros (sin alas) que se quedan alimentándose de la planta donde han nacido y a otras generaciones con alas que colonizan plantas distintas.

En tan sólo una semana, estas crías ya son adultas y pueden reproducirse igual que su progenitora, por lo que la invasión es muy rápida. Se pueden producir varias generaciones anuales procedentes de un sólo individuo.

Cuando las condiciones ambientales empiezan a dejar de ser adecuadas, se produce una generación con reproducción sexual anfigónica (machos y hembras), que se reproducirá dando lugar a los huevos que hibernarán durante la estación fría hasta su eclosión en la siguiente primavera.

Las especies en las que es más fácil encontrarlo son los rosales, árboles frutales, coníferas y chopos, aunque también es común que ataque en el huerto.

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CONSECUENCIAS DEL ATAQUE DEL PULGÓN

El pulgón ataca a las plantas sobre todo para alimentarse de su savia. La succiona a través de un pico largo que clava en la planta. Como consecuencia, el tejido del ejemplar se destruye y las hojas y los brotes nuevos se deforman.

La debilidad originada en la planta por este ataque frena su crecimiento y disminuye la floración.

Por otro lado, los pulgones pueden transmitir enfermedades de una planta a otra. Esto ocurre si, tras alimentarse de un ejemplar infectado, atacan a uno sano.

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Las enfermedades más habituales son provocadas por hongos como el Seiridium cardinale, en cipreses y otras arizónicas, el Cenangium ferruginosum, en abetos, y la negrilla en los cedros, así como numerosas virosis que pueden aparecer en adelfas, cucurbitaceas o solanaceas.

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DETECCIÓN Y TRATAMIENTO CONTRA LOS ATAQUES

La plaga del pulgón aparece con el buen tiempo (especialmente en primavera y verano) y de forma explosiva, debido a la alta capacidad reproductora de este insecto.

Comprobar que una planta está siendo atacada por este insecto es sencillo, ya que pueden verse en las yemas tiernas y en el envés de las hojas.

Los pulgones son unos pequeños insectos de color negro, amarillo, rojo o verde (hay muchas especies diferentes), que dejan tras de sí un rastro azucarado (la melaza) que no solo cubre la superficie de la planta, sino que también atrae a las hormigas.

Estas pueden incluso trasladar a los pulgones de unas plantas a otras.

Si ves hojas que amarillean y se arrugan, es un buen indicativo del ataque de un parásito. Si además hay hojas que están brillantes y pegajosas, o se ven hormigas deambulando por los tallos, ya no hay duda de que un insecto hemíptero está excretando melaza como resultado de su alimentación.

Busca sobre todo en las zonas terminales de la planta, donde los tejidos son más tiernos.

La parte posterior de las hojas son las grandes olvidadas, donde quizás veas al culpable.

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TRATAMIENTOS PREVENTIVOS

Nunca nos cansaremos de repetir que la prevención debe ser la base de un control adecuado de las plagas, y con más motivo en el caso del pulgón, que se reproduce de forma exponencial.

Existen diferentes tratamientos preventivos, a los que se puede recurrir durante los meses de invierno si existe riesgo de ataque de plaga.

Algunas de las medidas preventivas contra el ataque del pulgón son:

Eliminar las malas hierbas para evitar que los pulgones se refugien en ellas y puedan colonizar a las plantas próximas.

– La adecuada preparación y protección del sustrato, así como un abonado y riego correctos, disminuyen las posibilidades del ataque de plagas y enfermedades.

Si se detecta la presencia de hormigas, intentar acabar con ellas ya que éstas tienen una relación de simbiosis con los pulgones: los protegen y transportan para alimentarse de la melaza que excretan.

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Plantar, cerca de las especies que pueden ser atacadas por pulgones, plantas que los repelan como: albahaca (y aromáticas en general), ortiga o ajo.

Aceite de parafina o aceite de invierno: se aplica en invierno sobre árboles y arbustos sin hojas, especialmente si han sido atacados la primavera o verano anterior.  Es un método físico que forma una película sobre los huevos de pulgones y hace que se asfixien.

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TRATAMIENTOS PARA ELIMINAR EL PULGÓN

Para un control eficaz de las plagas evitando el uso de productos químicos o artificiales, debemos planificar una lucha integrada, que emplea simultáneamente distintos métodos que las combatan.

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Una vez detectado, el pulgón se combate mediante un tratamiento fitosanitario durante primavera y verano, a primera hora del día o al atardecer.

De todas formas, los tratamientos solo se deben realizar cuando sea necesario y en dosis adecuadas, ya que el abuso de los insecticidas debilita a las plantas.

Algunos de los métodos para eliminar o reducir significativamente los pulgones son:

Métodos mecánicos: podar los brotes más afectados o eliminar los pulgones cepillando los brotes y las hojas con un pequeño pincel.

Métodos biológicos: resulta muy útil la utilización de enemigos naturales de las plagas. Al igual que se realiza en otros casos, podemos liberar insectos depredadores de pulgones (como mariquitas, crisopas, tijeretas, avispillas). Hay empresas especializadas venden estos insectos depredadores de pulgones.

Soluciones o preparados repelentes:

  • Agua jabonosa (jabón de potasa).
  • Infusión de cola de caballo (Equisetum arvense).
  • Pelitre.
  • Extracto de Neem.

Este último, el extracto de Neem, es una excelente alternativa ecológica y respetuosa con el medio ambiente, que sirve tanto de repelente como de insecticida de contacto.

Dispone también de cierto efecto sistémico gracias a su principio activo (azadiractina).

Combate el pulgón y también otras plagas como araña roja, mosca blanca o cochinilla, sin perjudicar a otros insectos beneficiosos.

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El pulgón es una plaga muy común que amenaza con frecuencia la buena salud y belleza de nuestros cultivos y jardines.

Conocer bien a este insecto y cómo actúa es la mejor herramienta que tenemos para, primero tomar desde ahora mismo medidas preventivas y también para erradicar la plaga

En Centro de Jardinería Sánchez conocemos bien a estos insectos y, sobretodo, sabemos cómo acabar con ellos.

Disponemos de una amplia sección dedicada a la prevención y tratamientos para erradicar plagas y las enfermedades más comunes de nuestras plantas.

Si tienes dudas, pregúntanos, somos expertos y podemos asesorarte en escoger el mejor tratamiento para tu caso.

¡Te esperamos!

 

Tareas del jardín en julio

Tareas del jardín en julio

La segunda quincena de julio y la primera de agosto suponen un claro desafío a la resistencia de las plantas.

Las noches suponen un alivio para el jardín y la terraza… ¡y el momento ideal para disfrutarlos! 

 

TAREAS GENERALES DEL MES

El riego es de máxima importancia en julio. Utiliza aspersión para el césped; goteo para los arbustos, anuales y vivaces, setos y árboles, y regadera o inmersión (según) para algunas plantas de interior.

Abonar las plantas de flor. Están a pleno rendimiento, de modo que necesitarán un abonado rico en fósforo y potasio y bajo en nitrógeno.

Las plagas y hongos, a raya. El control de plagas y enfermedades sigue siendo clave. En lo posible, utiliza plaguicidas sistémicos y fungicidas de amplio espectro.

Eliminar las malas hierbas. La escarda de malas hierbas no se debe descuidar. En algunos casos convendrá usar un herbicida; pide consejo en tu centro de jardinería.

 

Árboles, arbustos y trepadoras

Aclara arbustos y trepadoras

Libera los árboles, arbustos y trepadoras de las ramas secas, débiles o enmarañadas. Las tijeras deben estar bien limpias y afiladas para no provocar desgarros. Escoge la herramienta adecuada según el grosor de las ramas.

Obtén esquejes

Julio y agosto son meses ideales para hacer esquejes semileñosos de lagerstroemias, adelfas, fucsias, hortensias, madreselvas, geranios, y de las espíreas que florecieron en primavera.

Escoge las ramas más vigorosas, dales un corte limpio, unta el extremo con hormonas de arraigo y plántalas enseguida.

Recorta las aromáticas

Poda las espigas de flores viejas de las aromáticas y tres a cuatro centímetros del último crecimiento para que sigan floreciendo. Con las espigas secas aprovecha para hacer saquitos perfumados.

Haz un alcorque a los árboles

Cavar un alcorque en torno al tronco de los árboles hará que aprovechen mejor la lluvia y el riego. Vigila que no se llene de malas hierbas; para ello, lo mejor es acolcharlo con corteza de pino o algún árido.

Antes de irte de vacaciones riégalos bien; haz lo mismo con los arbustos que hayas plantado este año.

 

Plantas de flor

Protégelas del golpe de calor

Como herbáceas que son, están más expuestas al golpe de calor, de efectos letales. Por ello, en estos días tan calientes no descuides el riego.

Controla la polilla del geranio

Geranios, gitanillas y demás pelargonios sufren en esta época la amenaza de la oruga de la polilla del geranio (Cacyreus marshalli).

El insecto pone los huevos en las corolas y las larvas devoran el corazón de los tallos, causando la muerte de las plantas. Para prevenir sus daños, actúa de forma preventiva o en los primeros estadios larvarios.

Puedes usar insecticidas biológicos basados en el extracto de neem o las esporas y toxinas del Bacillus thuringiensis ‘Kurstaki’.

Elimina las flores viejas

Si quieres alargar la floración de las vivaces y anuales, pínzalas a medida que vayan muriendo las flores.

Entutora dalias, gladiolos…

Las plantas altas y de tallos delgados que sostienen grandes flores, como las dalias, peonías, gladiolos, azucenas, cañas de las Indias, e incluso las margaritas, necesitan que les coloques tutores.

Previene el golpe de calor

Defiende a tus plantas de flor (recuerda que son herbáceas) del efecto de las altas temperaturas asegurándoles la provisión de agua necesaria. Solo así serán capaces de resistir una brusca subida del termómetro.

 

Plantas de interior

Asegúrales una buena hidratación

Un fin de semana de verano sin agua suficiente puede dejarte sin tus plantas de interior. Si te ausentas, asegúrales la necesaria hidratación.

No todas precisan la misma cantidad de agua, pero en general evita el exceso de riego y sobre todo el encharcamiento, que propicia la aparición de patógenos.

Agrúpalas para generar un microclima más húmedo, y no dejes de pulverizarlas con agua destilada o descalcificada al menos un par de veces al día. Si sales de vacaciones lee nuestras recomendaciones en la agenda de agosto.

Impide que las ataque la araña roja

Si el follaje está bien humectado mantendrás a raya a la araña roja, un ácaro que medra gracias al calor y la sequedad ambiental.

Sabrás que ha atacado cuando las hojas comiencen a perder color y secarse; en el envés podrás observar unas finísimas telas con las minúsculas arañas. Rocíalas con agua; si no se van, aplica un acaricida.

Deja de abonarlas

En julio y agosto suspende los aportes de fertilizante a tus plantas de interior; deberás reiniciarlos en septiembre.

 

El césped

Defiende el césped del calor

Si tienes un césped clásico, pasa el cortacésped con menor frecuencia y deja la hierba más alta para evitar que amarillee. Vigila que no le falte riego. Si no hiciera tanto calor conviene actuar como en junio.

Antes de salir de vacaciones

Siega el césped antes de ausentarte, pero dejando dos tercios de la altura: así aguantará mejor el efecto del sol durante un par de semanas.

Pásale el rodillo de púas o escarificador para que absorba bien el agua, y revisa el sistema de riego y los aspersores.