Abetos: características y cuidados
Los abetos son árboles coníferos que pertenecen a la familia de las pináceas. Se caracterizan por tener hojas en forma de aguja, piñas alargadas y una copa piramidal.
Son muy apreciados como árboles ornamentales, especialmente en Navidad, por su belleza y su aroma. En este artículo te contamos los distintos tipos de abetos que puedes encontrar a la venta en los centros de jardinería, sus características y sus cuidados.
Existen más de 50 especies de abetos en el mundo, pero solo algunas se cultivan como árboles ornamentales.
Estas son las más comunes:
Abies Nordmanniana
El Abies nordmanniana, también conocido como abeto del Cáucaso, abeto de Normandía o abeto de Nordmann, es una especie de conífera perennifolia de la familia de las pináceas.
Es originario del Cáucaso y de Asia Menor, donde crece en las montañas del Mar Negro y sus alrededores. Es un árbol de gran tamaño que puede alcanzar los 60 metros de altura, con un tronco recto y una corteza fina y lisa de color gris.
Las hojas son flexibles, lineales, de color verde oscuro por el haz y con dos bandas blancas por el envés. El Abies nordmanniana es una especie muy apreciada como árbol ornamental y como árbol de Navidad, por su forma piramidal, su follaje denso y su resistencia al frío.
Picea excelsa
La pícea excelsa, también conocida como pícea de Noruega o pícea europea, es un árbol de la familia de las pináceas que se distribuye por el norte y el centro de Europa.
Es un árbol de gran porte, que puede llegar a medir entre 30 y 70 metros de altura, con un tronco grueso y columnar y una corteza grisácea que se descama con la edad.
Sus hojas son aciculares, de color verde oscuro y sección cuadrangular. Es una especie muy apreciada por su madera y por su uso como árbol de Navidad.
Picea pungens (abeto azul)
La pícea de Colorado o pícea azul (Picea pungens) es una especie de conífera perennifolia, monoica, originaria de las Montañas Rocosas de los Estados Unidos.
Se caracteriza por su porte estrechamente cónico, su corteza gris-purpúrea escamosa y sus acículas punzantes de color azul-plateado que desprenden un aroma al frotarlas.
Es una planta muy resistente a condiciones climáticas rigurosas, a ambientes contaminados y a terrenos húmedos con agua estancada. Prefiere vivir en zonas de cierta altitud y con pleno sol o media sombra.
Se multiplica por semillas o por injertos y es muy apreciada como planta ornamental y por supuesto en la decoración navideña.
Cuidados de los abetos
Estos árboles son muy bonitos y simbólicos, pero también requieren unos cuidados especiales para que se mantengan sanos y fuertes. En este artículo te vamos a explicar los cuidados básicos del abeto, tanto si lo tienes en maceta como si lo has plantado en el suelo.
El abeto es una especie que necesita mucha humedad, tanto en el sustrato como en el ambiente. Por eso, debes regarlo con frecuencia, pero sin encharcarlo, y pulverizar sus agujas con agua para evitar que se sequen. También puedes colocar un plato con agua debajo de la maceta para aumentar la humedad.
Otro aspecto importante es la ubicación del abeto. Lo ideal es que reciba luz solar directa, pero no demasiado intensa, y que esté alejado de fuentes de calor como radiadores o chimeneas. El abeto soporta bien el frío, pero no las heladas ni los cambios bruscos de temperatura.
El abeto también necesita un abono orgánico cada dos o tres meses para nutrirse y crecer. Puedes usar compost, humus de lombriz o estiércol. Además, es conveniente podar el abeto una vez al año para darle forma y eliminar las ramas secas o enfermas.
Siguiendo estos consejos, podrás disfrutar de tu abeto durante mucho tiempo y admirar su belleza y elegancia.